Diario de León

España se abandona a un ejercicio de autocomplacencia

El equipo nacional cumple el trámite sin demostrar cualidades ni excesiva actitud

Albert Luque fue la novedad del once que alineó ayer Iñaki Sáez

Albert Luque fue la novedad del once que alineó ayer Iñaki Sáez

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Ignacio Tylko - getafe
León

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A sólo una semana de la Eurocopa, España cumplió sin desgastarse el entrenamiento oficial frente a la humilde Andorra y desarrolló un fútbol plano y ramplón que en el mejor de los casos invita al escepticismo. Los hombres de Iñaki Sáez, que esta vez presenció el choque sin su clásica gorra, ganaron con la ley del mínimo esfuerzo y sólo pasaron con nota el objetivo principal de no lesionarse. Tan intrascendente choque apenas dejó los goles de Morientes, Baraja, César y Valerón, el estreno de Aranzubia con la absoluta y el debate entre si es mejor la teórica solidez de los titulares o el desparpajo de los suplentes. Excepción hecha del renqueante Vicente, sustituido por Luque, Sáez puso en liza en el primer tiempo el mismo equipo que debutará frente a Rusia en el Europeo. Y más vale no intentar extraer muchas consecuencias de esta pachanga porque de lo contrario cundiría el desánimo. Los titulares españoles tuvieron mucho más pendientes de no meter la pierna más de la cuenta, de eludir las duras entradas de los corajudos andorranos, que de jugar al fútbol y dar sensación de equipo ensamblado y capacitado para hacer historia en Portugal. No funcionaron las bandas; la defensa, sobre todo por la izquierda, no dio sensación de seguridad frente a unos aficionados en toda regla; Albelda y Baraja tampoco se prodigaron en el toque, y Raúl y Morientes, que intercambiaron una y otra vez sus posiciones, recibieron pocos pases precisos. El aburrimiento fue tal que hasta los hinchas getafenses, que llenaron el Alfonso Pérez en la primera visita de la selección con ganas de fiesta, comenzaron a pitar. Menos mal que el pésimo juego quedó maquillado por un par de goles, demasiados para tan poco fútbol exhibido. El primero, obra de Fernando Morientes, llegó la primera vez que Baraja conectó bien con el delantero del Mónaco. El segundo, en el minuto final del primer período, fruto de un penalti absurdo. Lo lanzó fatal Rubén Baraja, desvió el portero Koldo y el pucelano remachó. No aparece demasiado bien el asunto de las penas máximas. Otros encuentros: Holanda 0-Irlanda 1 Portugal 4-Lituania 1 Croacia 2-Dinamarca 1 Suecia 3-Polonia 1 Inglaterra 6-Islandia 1

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