España apela a la sal de la vida
El equipo recurrirá al cloro y sodio para evitar perder líquido en exceso con los 40 grados previstos
Mañana, a las cinco de la tarde (hora portuguesa), el termómetro puede superar los 40 grados en el estadio Do Bessa de Oporto. Y a esa hora España jugará ante Grecia. Si los internacionales sufrieron las consecuencias del calor en el partido del debut, ahora la situación es más sobrecogedora. Para evitar un desfallecimiento o una posible deshidratación los responsables médicos de la selección han decidido recurrir a la pócima de la sal. ¿Por qué?, se preguntará mucha gente. La respuesta está en los libros, en la ciencia. La sal común tiene dos componentes principales: cloro y sodio. Y éste es el elemento clave para la salud porque posee propiedades higroscópicas. Es decir, es capaz de retener el agua en el cuerpo. Será preciso que los jugadores ingieran bebidas, siempre de carácter isotónico, en cantidades industriales con el objetivo de mantener hidratado y fresco el cuerpo. Si en el partido ante Rusia la mayoría de los futbolistas perdieron hasta tres kilos -siempre hablando de líquidos, porque la masa muscular no se ve alterada-, en éste se podrían llegar a duplicar las cifras. Está previsto que los futbolistas liberen en forma de sudor una media de cuatro kilos y medio de toxinas. Un jugador puede perder hasta 6 litros en condiciones extremas. La media puede consumir 2,5 cuando llega el descanso y entre cuatro y seis al final (también se contabiliza el calentamiento). La adaptación al escenario sofocante que se avecina no representará ningún inconveniente para los jugadores españoles porque el cuerpo del deportista se adapta perfectamente al medio. Además, Portugal está abrazado por el clima Mediterráneo, al igual que España. El día del partido se modificará la hora de la comida, pero se respetará la siesta. Si habitualmente la selección acudía a comer a las dos de la tarde, mañana lo hará sobre las doce y media. Después, capilla y al campo.