Diario de León
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MARRO
León

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POLÍTICAS EN clave luchísticoleonesa a ejecutar por políticos en esa misma sintonía. Ya quedó dicho en la primera parte de la serie lo de la oportunidad única -oportunismo político- de engancharse al carro (corro creciente al luchístico modo) que patronea el líder político más encumbrado y con las mismas raíces de la Lucha Leonesa; y esperemos que compartiendo también «identidad y denominación de origen». Pero no bastaría con el posicionamiento -privilegiado- a bordo de la «carroza triunfal». Políticos con políticas luchísticoleonesas, y desde su independencia de Partido, apostando por romper barreras y ampliar horizontes a través de la brecha abierta por quienes naturalmente están obligados a ello por caminar en vanguardia: ejerciendo de arietes por mor de las circunstancias políticas del momento. Luchísticamente, a fuer de liberales. Desde esa posición parecería claro que el Leonesismo vía orgánica, una UPL refundada y reivindicativa, estuviera para apretarle las clavijas al poder, vía Gobierno Central. Con la Leonesidad por bandera, en todos los frentes luchísticoleoneses. Para luchar presionantemente -Lucha (Leonesa) al ataque-, no para contemporizar y salir en la foto sonriendo, repartiendo abrazos «y haciendo como que se hace» de Alcalde. Beligerancia y reivindicación: luchísticoleonesa justamente. Pero algo habrá que aportar desde aquí, al menos testimonialmente para demostrar arropamiento a la causa. La semana pasada reclamábamos federativamente esa aportación «desde dentro» superadora de precariedades estructurales y demás (que evidenciábamos con «cuadro comparativo canario»). Pues en tal línea testimonial y simbólica, en clave municipal en este caso una calle para la Lucha Leonesa o para alguno de sus emblemas, de sus emblemáticos luchadores: Cayo de Celis «saliendo» por La Serna y Felipe León «enfilando» por las Ventas. Reiteramos, cuando menos una «Calle de la Lucha Leonesa» con toda su sonoridad a cuestas. Aportes más o menos simbólicos destinados a la causa luchísticoleonesa, procedan desde el lugar que procedan. Claro que de donde difícilmente se podría esperar algo sería de perfiles como el del «leonesísimo» radiofonista Luis del Olmo Marote; esta «causa menor» de una Federación de Lucha Leonesa -propia y diferenciada y sin sometimiento autonómico- no produce dividendos (de oyentes y de los otros). Ni con el trío «Bolero» que tan poco manifiestan de idealistas/soñadores y quijotes, sin hacer honor a su homónimo don Alonso Quijano, que exaltan televisivamente -y mediáticamente en general- lo que da pasta... castellana. Ni menos aún esos que alardean de negar la Leonesidad, o pasan y resbalan, amparándose en algo tan cursi y manido como su autocalificación de «ciudadanos del mundo»; restos fosilizados del largo naufragio progre... Sin percatarse de que al promover la diversidad -identificadora- lo que se hace es precisamente defenderse frente a la por ellos defenestrada globalización. Total, anteponemos o de síndrome provinciano a complejo (de inferioridad) provinciano hasta la náusea encarnado por la seudoprogresía de lo políticamente correcto. No, tampoco con éstos se podría contar para la beligerante y reivindicativa causa luchísticoleonesa. Claro que la mayoría silenciosa cazurra no ha de limitarse a interiorizar el sentimiento de Leonesidad. Se ha de evidenciar y patentizar sensiblidad leonesa a flor de piel, en orden a sensibilizar la conexión con el «conseguidor cazurro». Desde esa sensibilidad de Lucha Leonesa/Lucha por León.

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