Diario de León

ANÁLISIS DEL RIVAL

España necesita un empate para no firmar otro ridículo histórico Guerra de sandeces

La selección se ha refugiado en una «burbuja» para aislarse de los mensajes negativos

Publicado por
Ángel Pereda XABIER AZKARGORTA - lisboa
León

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El de este domingo es, casi con seguridad, el partido más importante que va a disputar España en la última década. Es cierto que ha habido otros de gran trascendencia como, por ejemplo, el de la repesca para esta Eurocopa frente a Noruega o el de cuartos de final del último Mundial contra Corea del Sur, pero el que se disputa este domingo en el estadio José Alvalade de Lisboa (20.45 h.) es como una final, un encuentro para gente mayor que, pase lo que pase, dejará huella en la selección. Si se clasifica para cuartos, porque iniciará un nuevo ataque a esa maldita fase que por tradición se le atraganta. Y si pierde, porque el equipo de Iñaki Sáez firmará un ridículo histórico de consecuencias imprevisibles. Los futbolistas y el cuerpo técnico de España aseguran afrontar la crucial cita liberados de presión y convencidos de que llegarán lejos en el torneo. Tanta es la calma en el grupo, que se resta importancia a la declaración de guerra del técnico portugués -«es un juego en el que hay que matar para no morir», dijo Scolari-, y se muestra una confianza absoluta en la labor del árbitro, el sueco Anders Frisk, a pesar de las críticas surgidas en España. En una burbuja La selección española parece haber decidido refugiarse en el interior de una burbuja de la que no la veremos salir hasta después del encuentro de la noche de este domingo. Desde dentro sólo se trasladan mensajes positivos a un entorno que mira con recelos al duelo frente a Portugal. Raúl, por ejemplo, se esfuerza en hacer ver que hasta ahora el equipo no ha hecho nada mal, que ha disputado dos partidos «correctos» y que aún no conoce la derrota. Otro de los veteranos como es David Albelda pidió un margen de confianza para un equipo que «todavía no ha dado razones para que el entorno esté tan pesimista». No entiende el clima negativo que ha dibujado una parte de la prensa en el entorno del equipo: «Hasta ahora hay demasiado pesimismo. No hemos perdido ningún partido y no hemos hecho nada mal. Si Portugal hubiese hecho bien los deberes ante Grecia a estas alturas estaríamos hablando de otras cosas». También están convencidos los aficionados que en masa están arropando al equipo. No se recuerda tal despliegue de 'tropa' ligera en un acontecimiento de la selección. Si ante Rusia y Grecia estuvo arropada España, este domingo no será menos, pese a que los portugueses están en su casa. Se desconoce si Iñaki Sáez tiene en cuenta una rudimentaria técnica para calcular posibilidades de éxito. Pero hay un detalle. La mayoría de los jugadores dejaron todos los enseres en el cuartel general de Falperra porque tienen previsto disputar los cuartos de final. Sólo cogieron las botas, su arma de trabajo para este domingo. SCOLARI, apodado Felipao, me ha dejado flipao cuando, tal y como anda el mundo, no se le ha ocurrido otra idea que calificar al partido entre España y Portugal como una guerra y que por eso él no habla con el enemigo. Es difícil de entender que haya gente tan enferma de importancia. En fin, lo que ocurre en algunos cerebros por ser campeones del mundo es inescrutable. Pues ese cerebro, que tuvo un grave cruce de cables ante Grecia y se despejó algo Rusia, con alguna ayudita, busca ganar a España. Portugal se parecerá mucho al equipo que inició ante Rusia. Con Andrade y Carvalho como centrales. Dos jugadores con buena velocidad y temple, pero con algún problema a la hora de acudir a tiempo en los cruces. En las bandas Miguel y Nuno Valente no son laterales que prodiguen mucho el ataque pero tienen presencia. Costinha mantendrá el eje con Maniche para enlazar con Deco. Un trío que se compenetra muy bien. En las bandas Figo, dirigirá los desbordes, buscando a Bravo y en la izquierda es donde puede haber cambio, si el Felipao se decide por Cristiano Ronaldo. Arriba seguirá Pauleta. Es un encuentro difícil, pero sólo eso. ¿Las guerras? No, por Dios, perdón, ni por Dios.

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