Diario de León

DESDE LISBOA

Raúl-Figo, enemigos por un día

Publicado por
LUIS VILLAREJO
León

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SON LAS FOTOS de España y Portugal en el mundo. La imagen de dos países que luchan hace tiempo por tocar el éxito con su selección. Raúl y Figo lucen en la espalda el mismo número. Son abonados al 7. Un número flaquito, que diría Mario Benedetti. Y los dos son capitanes. Referentes, un par de tipos que van a dialogar mucho mañana con el árbitro, el sueco Anders Frisk. Raúl y Figo representan además los últimos iconos del fútbol de barrio. Uno, en Madrid, el otro en Lisboa. Ahora que aparecen cada vez más esos laboratorios que son las ciudades del fútbol, que captan enseguida el talento de los niños, el fútbol de la calle va desapareciendo lentamente en Europa. Raúl y Figo aprendieron a driblar baldosas en el asfalto. Y ese sabor urbano se va perdiendo poco a poco en esta sociedad de nuestros días del siglo XXI. Hoy se olvidarán de que son amigos. Luis Figo llegó al Real Madrid en pleno verano de 2000 de la mano de Florentino Pérez. Congenió enseguida con Raúl. Los dos tenían amigos comunes. El primero, Pep Guardiola, habitual en la selección con Raúl y compañero de Figo en el Barcelona. Y también Fernando Hierro. Hierro alguna vez había estado en Barcelona comiendo con otro amigo, Robert Prosinecki. El croata también coincidió con Figo en Barcelona. Y Fernando Hierro conocía el círculo de Figo azulgrana. Hierro y Prosinecki tenían el mismo asesor, Luis Acítores, un gran amigo de ambos que desgraciadamente ya falleció. A través de Luis, Hierro y Figo alguna vez ya habían charlado en Barcelona. Figo por tanto, fue bien recibido en el Real Madrid. Llegó con la bendición de Hierro y de Raúl. Era una situación extraña para el portugués. Después de tantos años de enemistad madridista, Raúl se ofreció desde el primer día para hacerle más cómoda la vida a Figo en la ciudad y en su nuevo club. Sus familias congeniaron desde el principio. Los dos viven muy cerca en Madrid y hoy se retarán en un duelo ibérico, que va a dejar seguro un buen reguero de polémica en el camino. Para la selección que pierda será un drama. Aunque con un único denominador común. El derrotado será el seleccionador. En Portugal algunos dicen que si gana la selección, «ganamos todos». Si pierden, la culpa será del extranjero, del brasileño. De Scolari. En España, idéntica reflexión. Iñaki Sáez ha renovado verbalmente. Con un apretón de manos. Con un pacto de vascos. Del presidente Angel Villar y de un Iñaki Sáez que ya ha soñado con todas las consecuencias de este partido. Las buenas y las malas. Pase lo que pase en el Alvalade XXI, donde juega el Sporting, el club que puso a Figo en el escaparate, Sáez seguirá en la Federación. ¿El cargo que ocupará?. Depende, como la canción

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