Entre todas las banderas del José Alvalade, las había hasta del reino de León
En un gesto generoso, los españoles cedieron a sus rivales el privilegio de exhibir sus colores ante la afición (camiseta roja y pantalón verde), y ellos se equiparon de blanco, con la bandera nacional en bandas laterales. En las gradas acaparadas por los españoles dentro del estadio lisboeta se desplegaban grandes pancartas que identificaban los orígenes: Burgos, Zamora, Almendralejo, Polán, Mérida, León, Calahorra, Griñón, Sevilla, Navalmoral, Talavera, Berlanga o Barcarrota. Durante horas, en coche, furgoneta, autobuses, trenes y aviones unos 17.000 aficionados españoles habían ido llegando a la capital portuguesa y en las fronteras entre los países, donde generalmente no hay colas, se formaron filas en algunos momentos. Entre los portugueses, algunos anunciaban que provenían de Setúbal, Barcelos o Trafaria, pero otros trataban de politizar más el derbi con pancartas que decían «Aljubarrota 2004» u «Olivenza es tierra portuguesa».