Daneses y suecos entran de la mano en la siguiente fase de la Eurocopa (2-2)

Dinamarca y Suecia, los vecinos y enconados rivales escándinavos, se clasificaron con toda justicia para cuartos de final tras completar bajo la lluvia de Oporto un partido de fútbol en estado puro, a pesar de que pueda parecer lo contrario. El 2-2 final convenía a ambos, con independencia de lo que hiciera Italia, pero sólo en los tres últimos minutos, tras el postrero empate de Jonson, ambos se conformaron. Hasta entonces fue una batalla limpia, abierta, con múltiples ocasiones de gol y en la que los de Morten Olsen tuvieron opciones de conseguir un triunfo holgado. Desde luego que si este empate estaba pactado de antemano lo disimularon de maravilla y evitaron toda sospecha, al menos fundada. Ni siquiera el error final del portero Sorensen debiera de generar dudas. Hasta los instantes finales de paz, fue un duelo tremendo, trepidante, entre dos selecciones que se conocen de memoria y dibujan unas marcadas señas de identidad de toda la vida, justo lo que le falta a España. Se adivina en ambas selecciones un estilo, un patrón de juego que responde a la idiosincrasia de sus pueblos.