Beckham achaca al césped sus fallos en los penaltis

David Beckham se marcha con un estrepitoso fracaso personal de la Eurocopa, ya que falló dos penaltis decisivos contra Francia y Portugal, pero ni por asomo se plantea la posibilidad de dejar la capitanía de la selección inglesa. Orgulloso, defiende su papel como líder del combinado de Eriksson. «Soy el capitán de Inglaterra y no me resigno a perder este rol mientras el técnico y los compañeros confíen en mi. Amo defender a mi país», declaró Beckham, que dio la cara en una multitudinaria conferencia de prensa. Cuando los punzantes periodistas ingleses le insistieron sobre este asunto de la capitanía, de suma importancia según la tradición británica, Beckham se molestó y respondió con otro interrogante desafiante: «¿Acaso piensan que no inspiro la misma confianza al equipo que en el pasado?». Aunque dejó sentado que «no caben excusas» por la dramática eliminación, el centrocampista sí justificó dos errores impropios de un jugador que precisamente tiene su fuerte en el golpeo a balón parado. Culpó al césped, el mismo que no impidió anotar a once de los catorce futbolistas que lanzaron desde el punto fatídico. «La noche anterior al partido estuve ensayando penaltis en la portería contraria y ya comprobé que el pie de apoyo resbalaba porque la hierba se levantaba. Creo que el manager hizo una queja oficial a la Uefa sobre el mal estado de los puntos de penalti, pero no estoy seguro de que hicieran algo para arreglarlo», explicó Beckham. En su opinión, «algo parecido» le ocurrió en el penalti que le detuvo Barthez cuando Inglaterra ganaba 1-0 en el primer partido, que a la postre terminaría perdiendo con dos goles de Zidane. «Resbalé y rocé el balón antes del golpeo . No pienso que en condiciones normales sea capaz de pegarle tan mal a la bola», insistió. Beckham, que a sus 29 años está convencido de poder conseguir aún un gran título con su país, también se quejó del gol anulado a Sol Campbell instantes antes de acabar el choque (1-1) y comenzar la prórroga, por falta previa al portero Ricardo. «El juez de línea dio gol y corrió hacia el centro del campo, pero el árbitro decidió anularlo». Lo mismo piensa Eriksson, quien reconoció que al término del partido mantuvo un cruce de palabras con el colegiado. «Es cierto, me dirigí hacia él pero no voy a revelar lo que le comenté porque son cosas que quedan en el campo entre los profesionales», comentó. Eriksson, muy criticado por las sustituciones defensivas que realizó en la segunda parte del choque ante los lusos, confirmó que pretende seguir aferrado al cargo que ocupa desde el 28 de febrero de 2001, cuando debutó con triunfo ante España. «Mi continuidad depende de que la gente me quiera, pero ahora no tengo otros planes».