Las cámaras buscan belleza

Las cámaras de la televisión portuguesa han insistido, en los partidos que se han disputado hasta la fecha de la Eurocopa de Portugal, en captar la belleza femenina que se daba cita en las gradas de los distintos estadios que albergan la competición. Desde que empezó el torneo, el pasado 12 de junio, el colorido que han presentado los estadios, con amplias representaciones de los dos equipos que competían en ese momento, ha sido destacado por la organización, así como el carácter festivo que otorgaban las distintas aficiones a cada encuentro. Pero las cámaras de televisión han centrado su objetivo en muchos momentos de los partidos en jóvenes aficionadas que eran fáciles de distinguir por lucir prendas identificativas de su selección o pintarse la cara con los colores de la bandera de su país. Casi ninguna nacionalidad se ha escapado del objetivo de las cámaras. Jóvenes de Bulgaria, Alemania, Suecia, Rusia, España, República Checa, Italia, Letonia, Holanda o Portugal, han captado la atención de la televisión portuguesa, que han recurrido a ellas como plano de recurso durante los partidos. Los colores de las banderas han estado representados de diversas formas entre el público femenino, en una cinta del pelo de una seguidora francesa, las mejillas de una aficionada alemana, los biquinis de un grupo de «supporters» inglesas, las minifaldas y tops de espectadoras croatas o la gorra de una danesa. Todo valía para apoyar a su país. Aunque la mayoría de las mujeres requeridas por las cámaras son anónimas, en algún caso concreto la elegida si que era conocida en su país, como fue el caso de Magdalina Valchonova, Miss Bulgaria, quien lució la banda que acreditaba su título de belleza y que no quiso perder la ocasión de alentar desde la grada a su selección, aunque con escaso éxito. Bulgaria fue el único equipo que perdió los tres partidos de la primera fase. Desde hace años, la presencia femenina se ha multiplicado en los estadios, en un deporte en el que, antaño, predominaba el público masculino y en el que la asistencia de las mujeres era más bien reducida. Además, la prensa escrita también ha dedicado un espacio importante a las imágenes más destacadas del torneo, y entre ellas, las fotos de espectadoras cuya nacionalidad era claramente identificable, han tenido una amplia difusión. En muchas ocasiones se recurría a aficionadas de dos o más equipos juntas para reflejar el buen ambiente que se registra entre los adeptos de los distintos países que se han enfrentado en los terrenos de juego en edición de 2004 de la Eurocopa. También los estados de ánimo de las jóvenes aficionadas ha servido para ilustrar los resultados de las selecciones contendientes en Portugal. Así, se han alternado instantáneas e imágenes de júbilo con otras de tristeza y decepción. De norte a sur del país, en todos los estadios, la televisión portuguesa ha ofrecido imágenes en la que la belleza femenina era captada en algún rincón de la grada. Daba igual que fuera en Alvalade, el Dragón, Coimbra, Algarve, Braga, Bessa o La Luz, en todos los recintos, alguna mujer, era «cazada» por la mirada indiscreta de los cámaras.