Diario de León

| Análisis | La defensa griega |

La prehistoria del fútbol

Rehhagel opta por los marcajes individuales y hace de la disciplina la razón del equipo

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Y. Rey - faro
León

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Toda comparación es odiosa, pero algunas veces entre las personas o cosas que se comparan existen ciertas connotaciones propias. Esta Grecia que hace de la defensa un arte, su medio de vida y supervivencia, tiene «algo» del Oporto, campeón de Europa, y del Valencia, campeón de la Uefa. Esta Grecia de Otto Rehhagel, verdadera bestia negra de la selección de Sáez, sabe que si hace bien su trabajo puede llegar al objetivo marcado. Grecia sale más a no dejar jugar que a jugar, pero cuando lleva al contrario a su terreno, como hizo con Portugal, España o Francia, estás muerto. Curiosamente no ha perdido ninguno de los tres partidos que no salió a ganar y perdió en el que buscó la victoria porque la necesitaba, Rusia. Ha encontrado la selección helena en su técnico alemán un estratega perfecto para plantear las batallas. Pocos pueblos tienen tanta experiencia en este sentido. Rehhagel, a sus 65 años, después de pasar por media docena larga de clubes alemanes entre los que se encontraban el Borussia, el Werder Bremen -donde triunfó con dos Ligas, dos Copas y una Recopa- y el Bayern Múnich -donde no acabó la temporada- y el Kaiserslautern, -ganó otra Bundesliga- ha recalado en Grecia y en su carpeta hay un sinfín de alternativas tácticas. Casi todas marcadas por un carácter defensivo. Acostumbrado en su país a jugar con dos centrales y un líbero, maneja esta posibilidad con maestría. No se le caen los anillos por hacer marcajes individuales, ahora que el zonal se ha impuesto y parece retrógrado jugar de otra forma. Así, con dos marcajes al hombre, frenó Grecia a Raúl (Katsuranis) y Morientes (Kapsis) y así hicieron lo propio con Trezeguet (Kapsis) y Henry (Seitaridis). Siempre con Dellas de defensa líbero, imperial en todos sus movimientos y un auténtico experto en la materia de las coberturas, los cruces y las salidas del balón, ya sea en largo o en corto. Pero Grecia también sabe desplegar su defensa con cuatro hombres cuando es menester, como en el debut ante Portugal. El secreto está en ocupar todos los espacios de su campo. Da lo mismo que sea en un 4-5-1 que en un 5-4-1, incluso un 3-4-3, como jugó muchos minutos contra Rusia cuando inevitablemente tenía que marcar un gol por lo menos. En cualquiera de estas fórmulas tácticas el primer hombre que comienza a defender es el más adelantado, ya sea Nikolaidis, Vrizas -que, sancionado, no jugó contra Francia-, o el propio Charisteas, que se adapta a cualquier puesto porque en el fondo hace lo mismo en la banda como interior derecha que en el frente como delantero centro. Esto es Grecia, un puñado de guerreros bien disciplinados tácticamente. « Propongo dar a Rehhagel la nacionalidad si los procedimientos lo dejan, por tener alm a griega» GEORGES VOULGARAKIS Ministro de Orden Público

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