LUIZ FELIPE SCOLARI
A un paso de lograr el doblete en dos años
Scolari está a un paso de su consagración definitiva como entrenador. Si vence en la final el brasileño habrá sumado al título mundial conseguido en Japón el Europeo portugués, un «doblete» al alcance de pocos. El entrenador ha llevado a la selección lusa a la cima. La posibilidad de lograr el título europeo es un logro que ha encandilado a todo el país. El brasileño comenzó una nueva fase en su carrera en noviembre de 2002, cuando la Federación Portuguesa le contrató. Scolari asumió al firmar el reto de preparar al combinado portugués para su Eurocopa. Scolari había llegado a la selección brasileña con una bagaje de 107 partidos en clubes y el compromiso de recuperar la confianza en un equipo que no tenía clara por entonces su clasificación para la fase final del Mundial de Japón y Corea. Scolari fue uno de los artífices de la recuperación para el fútbol de Ronaldo, que llegaba al Mundial con el prestigio caído por las lesiones sufridas en el Inter de Milán. Devolvió la cotización al delantero. Le dio minutos y Ronaldo respondió. Marcó ocho tantos en el torneo, incluidos los dos de la final ante Alemania. Nacido el 9 de octubre de 1948 en Passo Fundo, Scolari sabía que no le iban a faltar ofertas cuando se fue de la selección de Brasil. El técnico es definido en la vida familiar como un hombre de fuerte carácter, aunque muy sensible. Es un hombre convencido de sus decisiones, con una autoridad inflexible y un disciplina espartana. Cualidades que no le impiden ser amigo de sus jugadores y defenderlos hasta la saciedad, aun a sabiendas de que pueden haber cometido algún error. Así hizo con Figo. Scolari ha pretendido restar protagonismo a su figura después de cada triunfo de su selección, pero no lo ha conseguido. En el país luso, experto en destruir o coronar mitos en muy poco tiempo, lo han situado ya entre uno de sus principales ídolos. Comenzó discutido el técnico. Los malos resultados en los partidos de preparación de la Eurocopa, así como el «tropezón» inicial del torneo ante Grecia, le pusieron en el disparadero. Scolari mantuvo la calma y la fe en su grupo y el tiempo le ha dado la razón. Ha llevado al país a la euforia colectiva y ha conseguido armar un equipo respetado y admirado en el mundo. Rusia, España, Inglaterra y Holanda han tenido que rendirse a la garra y calidad del equipo.