Diario de León

Volver a Chamartín a los 46

El mejor mexicano de la historia gana su primer título en el banquillo y sueña con España

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Gustavo Borges - méxico
León

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A los 46 años, que cumplió ayer, Hugo Sánchez, el mejor futbolista mexicano de la historia, mantiene alto el techo de sus metas; acaba de ganar su primer título como técnico en México, pero ve la proeza sólo como un paso para volver a España. A una edad en que la mayoría de los hombres busca la tranquilidad, Hugo mantiene la misma vocación ganadora que lo llevó a conquistar cinco premios como máximo goleador en el fútbol español y repite a cada momento que volverá a vivir su época de triunfos, pero como entrenador del Real Madrid. «Voy por el Real», es la frase preferida de Hugo en los últimos años, y aunque el reto es duro, parece menos difícil si se trata del mismo soñador que llegó a España como un desconocido y llegó a convertirse en el mejor jugador de la liga. Como cuando era futbolista, Hugo sigue siendo un personaje polémico; en México mantiene una guerra a muerte con el técnico de la selección Ricardo Lavolpe y a cada rato critica a los dirigentes de la liga, lo mismo por el nombre de los torneos que por permitir tantos extranjeros en el circuito. Sin embargo, amigos y enemigos, todos coinciden en su mentalidad ganadora. Lo más llamativo del goleador es que siempre parece listo para empezar de cero; a los 23 años ya tenía 99 goles anotados en la liga local y parecía encaminado a mayores proezas en su país, pero dejó la tranquilidad de la casa para irse a la aventura a España, donde lo fichó el Atlético de Madrid. Entró a España con el pie izquierdo, declaró a los medios que llegaba para aprender y sólo se dio cuenta de su error cuando un periodista le aclaró que los extranjeros llegaban a la liga de España para enseñar. Le tomó la palabra a quien se lo dijo y desde su debut con el Atlético se distinguió por el instinto asesino delante de la puerta, con el que anotó 54 goles en cuatro años, 19 de ellos en la temporada 1984-85 cuando ganó su primer trofeo al máximo goleador. El Real Madrid aplicó la filosofía de «si no puedes con el enemigo, únete a él» y enseguida contrató al mexicano, que formó parte de una de las mejores generaciones del equipo merengue. En el club más poderoso, a Hugo sólo le quedó trabajar y entre 1985 y 1992 anotó 164 goles, con otros cuatro lideratos de goleo, el último de ellos con una marca de 38 dianas. Fue un icono de su época, pero parece importarle poco; para Hugo su historia en la cancha es agua pasada y sigue interesado en nuevas hazañas, ahora como entrenador. Este mismo mes dijo que no a la posibilidad de dirigir el Getafe, recién ascendido a la primera división de España, porque el club no le pareció con mentalidad ganadora y prefirió quedarse en los Pumas de la UNAM, a los que convirtió en campeones este año, a pesar de no contar con la plantilla millonaria de otros clubes. Hugo aceptó dirigir a Pumas seis meses más, pero ya dejó clara su idea. A fin de año empezará de cero otra vez y los dejará para buscar la aventura en España, tal vez en un club poco destacado, para de ahí buscar un salto espectacular al Madrid. La mayoría no apuesta un euro por su sueño, pero eso es una constante en la historia de Hugo. Su especialidad ha sido ganar cuando nadie lo toma en cuenta.

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