Con otro tipo de problemas

A ESTE Tour le quedan seis etapas y lo único que va a contar es ganar, con quien sea, pero vencer, ya que hay muchos equipos, algunos de ellos importantes, que todavía no se han estrenado. Después de los Pirineos, con el mazazo que se ha llevado el Tour, no hubo descanso puesto que la media horaria acabó en los 44,675 kilómetros por hora, que es una locura y que sigue dejando la media general de la prueba muy elevada. Era un día para escapadas, como pueden ser la mayoría de los que nos quedan, salvo la cronoescalada de Alpe D'Huez, la contrarreloj de Besançon y la etapa final en París. El reparto de etapas no va a llegar para todo el mundo. Lance Armstrong sólo tiene que esperar a las contrarrelojs, sin hacer ninguna exhibición. Con el nivel que se le ha visto nadie va a ganarle en ese terreno. El resto del Tour no le preocupa, a nivel deportivo. Estaba molesto en la salida de Carcassone por la interpretación que habían tenido sus palabras sobre la actitud de algunos aficionados vascos en el final de etapa de Plateau de Beille, que en ningún momento fueron ofensivas en su intención hacia Euskadi.