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Atleta del Fútbol Club Barcelona

«Ahora quiero desconectar de todo»

El berciano vio truncada su oportunidad de estar en los Juegos Olímpicos de Grecia tras quedar cuarto en los 1.500, por lo que ahora se consuela pensando en la cita de China 2008

Sergio Gallardo, en el centro, detrás de Higuero y Alberto Fernández

Publicado por
Francisco Roberto Otero - ponferrada
Ponferrada

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Los Juegos Olímpicos se le han escapado a Sergio Gallardo por tan sólo once centésimas. Con 3:42:91 no pudo superar Reyes Estévez, Álvaro Fernández y Juan Carlos Higuero, que el antecedieron en la final de los 1.500 metros del Campeonato de España. En una emocionante prueba, un escao margen con relación a Higuero le privaron de su sueño. Su ausencia en el podio le deja también fuera de la cita que comenzará dentro de diez días en Atenas. Su próxima cita serán los juegos Iberoamericanos que se disputarán el próximo fin de semana en Huelva. En la edición celebrada en Guatemala hace dos años logró la medalla de oro. -¿Se siente muy decepcionado por lo sucedido? -Sí. Lo que pasa es que ya lo venía esperando porque estaba con poca confianza en los entrenamientos durante los últimos meses. Era una posibilidad que estaba ahí y desgraciadamente se ha cumplido. -¿Era esta la carrera que había imaginado o cómo pensaba que iba a ser? -Era una incógnita. Suelen ser carreras tácticas que se deciden en los últimos 500 ó 400 metros. Es lo que suele pasar todos los años y éste no fue una excepción. -¿Porque ha llegado en malas condiciones físicas al examen final? -Ha habido muchos factores que lo pueden explicar. He tenido muchos problemas físicos y falta de confianza. También he intentado forzar la recuperación antes de lo debido y al final era peor porque unas molestias acababan derivando en otras. Ves que se va echando el tiempo encima y te empieza a poner nervioso. Hay veces en que es un error precipitarse. A finales del invierno tuve un citomegalovirus, después una infección en un oido y antes de la cita de San Sebastián sufrí una infección de orina. También he estado con fiebre alta, así que cuando me he querido poner a entrenar, todo han sido problemas y retrasos. En Zaragoza también corrí con fiebre y he forzado la máquina demasiado. -¿Lo veía venir? -Pues sí. Según pasan los días y no acabas de tener buenas sensaciones en los entrenamientos lo ves venir. También ves que los demás van a su ritmo y a mí se me resistía incluso una cosa tan fácil como la mínima, que el año pasado hice hasta en tres ocasiones. -De todas formas, no debe haber sido tan malo cuando ocupó el cuarto puesto de España, ¿no? -Es con lo que me consuelo. A pesar de todo he estado con los tres mejores tanto en las marcas como en los resultados. Por lo menos saqué mi «orgullo berciano». -¿Se vio con opciones de medalla después de la semifinal del sábado? -Una vez en la final todos tienen posibilidades. Opciones siempre hubo porque las finales son así. Sabía que podía estar ahí y así ocurrió. Sólo me faltó un poquito. Hay que agarrarse siempre a que puedes hacer algo, sino es mejor no ir. -¿Por quién siente más no haber podido clasificarse para la cita olímpica? -Por todos los que me rodean. Mi entyrenador, que sufre mucho conmigo y está siempre encima; por mi familia; y por Nacho Morán, al que prometí que le dedicaría unos Juegos Olímpicos y veo que se me van acabando las oportunidades. Espero poder cumplir aún esa promesa. -¿Qué ha cambiado desde aquella carrera de Budapest en marzo cuando todos vibramos con Sergio Gallardo? -Pues ha ido todo a peor. La temporada de invierno salió casi bordada. Sin embargo, desde entonces ha sido todo un calvario. La buena suerte del invierno se convirtió en mala a partir de entonces. Cambiaría la temporada y que hubiera sido al revés. También cambiaría el quinto puesto del Campeonato de Europa por la presencia en los Juegos Olímpicos. -¿Cuánto tiempo llevaba soñando con Atenas? -¡Uff! Desde que salió elegida. Recuerdo que mi madre se quedó a ver la decisión del jurado y me llamó a las cuatro de la madrugada para decirme que había sido designada Atenas y que el sueño era posible. -¿Se hace muy duro pensar en los Juegos Olímpicos de China en el año 2008? -Prefiero desconectar y no pensar en ello. Aunque, no obstante, es otro aliciente que puedo tener y de paso poder quitarme la espina de esta ocasión. -El cuarto puesto en Almería le permite acudir a los Juegos Iberoamericanos. ¿Son un premio de consolación o ni siquiera llegan a eso? -No llega a llenar un vacío tan grande como la ausencia de los Juegos Olímpicos de Atenas. Pero si logro la victoria, cerraría al menos de forma brillante la temporada y así no me hundo en la desesperación. -¿Tiene ya puesta la cabeza en la temporada que viene? -Aún no. Hay un Europeo de pista cubierta y el objetivo será buscar ahí una medalla. Además se va a disputar en Madrid. Pero de momento prefiero no pensar aún en ello. -¿Quién le ha dado más aliento desde que finalizó la carrera? -Mi novia. Estuvo allí dejándose la voz y me vino a abrazar al acabar. Me dijo «no pasa nada», aunque sí pasa algo. -¿Qué opciones cree que tienen los tres españoles que participarán en los Juegos Olímpicos en la prueba de 1.500 metros? -Yo creo que Reyes Estévez puede recuperar una medalla para el atletismo español. Álvaro tiene grandes cualidades en sus piernas. Puede dar mucha guerra. Higuero va con más cabeza. Es una incógnita, aunque puede estar luchando con los otros dos españoles por estar entre los ocho mejores. -¿Y qué pensará cuando los vea dentro de unos días desde casa por la televisión? -Mejor no quiero pensarlo. Veré la carrera de 1.500 porque me come el alma, pero cuanto menos, mejor. Voy a desconectar del todo y olvidarme de lo que pudo haber sido y no fue.

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