El Aula de Río de Vegas del Condado, a pleno rendimiento

Las Aulas de Río fueron creadas por la Consejería de Medio Ambiente, a través de una resolución de la Dirección General del medio Natural, que estableció los objetivos y directrices que para su funcionamiento. Se trata de Escuelas de Pesca que tienen como objetivo la formación de pescadores, especialmente los noveles y niños, en la comprensión y funcionamiento de los ecosistemas acuáticos, la iniciación a la pesca deportiva, de la Ley de pesca y del manejo de métodos de pesca sin muerte entre otros. Este aprendizaje se realiza preferentemente en medios artificiales naturalizados para, posteriormente, incorporarse a ambientes naturales de pesca. La creación de las aulas del río se justificó en su día por «el enorme incremento de la demanda de pesca recreativa habida en los últimos años». Este incremento aconseja, según el texto aparecido en el B.O. de C. Y L. De 13 de marzo, que la pesca se realice con una actitud acorde con la nueva situación, ya que los ríos se encuentran en peores condiciones que hace unas décadas y no pueden soportar la pesca recreativa ejercida de la misma forma que se realizaba entonces. La consejería de Medio Ambiente pretende con esta Orden desarrollar e impulsar la formación y concienciación de pescadores para que practiquen su afición en perfecta armonía con el medio acuático. Tras la puesta en funcionamiento con notable éxito de la primera Aula de Río, situada en el río Ucero en la provincia de Soria, desde el mes de mayo funciona, con carácter experimental, la de Vegas del Condado en la provincia de León que cuenta con magníficas instalaciones. Además del entorno natural, aledaño a la piscifactoría de trucha común en el que se incluye un tramo del río Porma, cuenta con un arroyo de iniciación, lago de pesca, área de lanzado, aula taller, corral de gallos de León, merendero dotado con barbacoas y servicios completos. Desde su apertura y hasta el día de la fecha han recibido enseñanzas en sus instalaciones más de 600 alumnos, estimándose que esta cifra podría incrementarse hasta el millar en lo que resta de temporada. Un día en el aula Los alumnos acceden a las instalaciones en grupos de veinte como máximo y diez como mínimo tras una solicitud previa en la que se confirma la fecha de la visita. Las primeras clases son impartidas por el monitor de Medio Ambiente, Ingeniero Técnico Forestal, que en un largo paseo por las márgenes les instruye sobre el funcionamiento de un ecosistema fluvial en el que se incluyen la vegetación de ribera y la fauna y microfauna tanto acuática como terrestre. Especial tratamiento recibe el conocimiento de los peces de Castilla y León que pueden ser estudiados al natural y desnaturalizados. En una segunda clase teórica un Instructor que cuenta con titulación de Entrenador Nacional de Pesca les pone en contacto con los materiales utilizados para la pesca así como el equipamiento mínimo del pescador, también acerca de la legislación y normativa aplicable a esta actividad. Ya en el plano práctico los alumnos pasan por el área de lanzado y por el taller de montaje de moscas artificiales para la pesca. En este apartado destaca especialmente el corral de gallos de León donde se admiran las diferentes variedades de pardos e indios de los que se obtienen las plumas que han dado fama a toda la ribera del Curueño. Este apretado programa viene ocupando toda la mañana, de forma que al final los grupos disponen de una o dos horas para almorzar y descansar en las instalaciones. Las clases de tarde, eminentemente prácticas, se dirigen a la pesca en el estanque naturalizado. La forma de clavar el pez y su manejo una vez enganchado para que sufra lo mínimo antes de ser devuelto al agua, ya que se trata de instruir sobre la pesca «sin muerte», ocupan estas horas de forma que, entre las seis y las ocho de la tarde, los alumnos finalizan la jornada. Para los ya iniciados el aula dispone de un tramo de río, con una buena población truchera, de un kilómetro aproximadamente.