Atenas, blindada por un operativo que triplica el gasto de las dos últimas citas
El plan de seguridad más vasto y de más larga duración nunca antes creado en Europa se puso en marcha el pasado 1 de agosto en Grecia. El inminente inicio de los Juegos Olímpicos ha convertido Atenas en un auténtico búnker más propio de tiempos de guerra que de paz. Bajo la premisa de prevenir cualquier amenaza externa que altere el normal desarrollo de la competición, las autoridades nacionales, con el beneplácito del Comité Olímpico Internacional (COI) y el apoyo logístico de la OTAN, y bajo la presión de una docena de países, entre los que se encuentran gran parte de los participantes en la guerra de Irak, no han reparado en gastos para blindar la ciudad. Los 1.000 millones de euros que cuesta el operativo de seguridad triplica el gasto de Sidney 2000 o el de Atlanta 96. «Esta es la mayor operación para las fuerzas griegas desde la Segunda Guerra Mundial», aseguró recientemente el general de la Armada griega Vassilis Giannopoulos, uno de los máximos responsables de la seguridad en la cita olímpica. Y es que el Ejército griego tiene previsto movilizar a 13.000 soldados desde el inicio del evento hasta finales de septiembre, cuando concluyan los Juegos Paralímpicos. Un contingente que se suma a uno mayor: el formado por los cerca de 57.000 agentes entrenados exclusivamente para vigilar los Juegos que, bajo el nombre de Olympic Games Security División (OGSD), incluye a la Policía, Guardia Costera, Brigada de Incendios y Fuerzas de Defensa. También la OTAN, a petición del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Atenas (ATHOC), aprobó el pasado 28 de julio un plan logístico para apoyar las labores de seguridad. Éste incluye el envío de un avión radar AWACS para supervisar el espacio aéreo, submarinos, equipos de vigilancia subacuática y expertos en prevención de ataques químicos y un laboratorio móvil.