Cerrar

ATLETISMO

Sanna, todo por la causa palestina

Decenas de atletas muestran en su precariedad de medios el éxito de poder llegar a Atenas

Publicado por
Manuel Frías - atenas
León

Creado:

Actualizado:

Suelen decir todos los atletas que clasificarse para unos Juegos no es fácil. Pero la mayoría de ellos hablan de rivales, de marcas y de objetivos a los que no se han llegado, mezclando algunos de estos apartados con una cierta dosis de polémica. Otro grupo de atletas, en cambio, mucho más minoritario, añade a estas dificultades otras como son las de vivir en un país en guerra, convivir con una serie de prejuicios religiosos que impide la práctica normal deportiva y siempre sin medios económicos. Los representantes de Palestina, Afganistán e Irak son los ejemplos más palpables de este último grupo. Palestina acude a Atenas con una representación de tres atletas: Raad Aweisat (natación), Sanna Abubkheet (atletismo) y Abdalsalam Aldabaji (atletismo). Este último, 28 años, ha sabido forjarse una vida un poco más alejada de los conflictos diarios que padece la zona, no así como sus otros dos compatriotas, mucho más jóvenes, que viven en la unidad familiar y con muchas más precariedades. Raad nació en Jerusalén en julio de 1987 y hace natación por el empeño de su padre, que ha construido una piscina en su casa de 25 metros, protegida únicamente con unos plásticos y un techo de hojalata lleno de goteras. Obviamente, la instalación carece de calefacción y de agua caliente por lo que el agua de la pileta está helada durante el año, lo mismo que las duchas. Honor para un palestino Para él es un honor representar al pueblo de Palestina en unos Juegos. Ya lo hizo en el Mundial de Barcelona del verano pasado donde cubrió los 100 metros en 58.95 segundos, ocho más que el récord del mundo. Fue el 63 de 137 participantes. Pero para él, esto es lo de menos. El caso de Sanna Abubkheet es diferente. De entrada, será la primera mujer palestina en participar en unos Juegos. Y para ello tuvo que pedir permiso al resto del poblado en el que vive (en la zona de Gaza) para que le dejasen competir. Allí, la mujer sigue estando discriminada y le dejaron siempre y cuando se entrenase con chándal y velo. Ella argumentó ante el «consejo» que todo lo hacía por la causa palestina. Y la dejaron. Hicieron algo parecido a una pista de 400 metros en la playa y se entrenaron tres chicas. Sanna fue la mejor y la elegida. Tiene un par de zapatillas para entrenarse y competir y ninguna marca la patrocina. Afganistán también hará historia en Atenas: de los cinco atletas que se ha traido aquí, dos son mujeres, algo que hubiese sido imposible ni pensar en la época del régimen talibán. La primera en debutar será la judoca Friba Razayee, de 19 años. Ella y su familia tuvieron que abandonar Afganistán durante el régimen talibán y exiliarse en Pakistán. La segunda, la velocista Robina Mugimyar. Será la última de su serie cuando empiece la competición, pero no le importa. «No venimos aquí a por las medallas de oro, nuestra participación es todo un éxito». Afganistán acudió a los Juegos de Atlanta, pero dejó las competiciones internacionales poco después con la llegada del régimen talibán. Fue excluida por el COI en el 99 y volvió a ser autorizado en 2003. En este año, Lima Azimi compitió en el Mundial de atletismo de París. Dio igual que hiciese los 100 metros en 18.37. El caso de Irak está más reciente. De sobra son conocidos los excesos de Udai Huseim, el hijo de Sadam, al frente del Comité Olímpico Iraquí. La guerra, la ruptura del régimen y la llegada de nuevos gestores ha dado un nuevo impulso al deporte afgano que, pese a todo, sigue teniendo carencia de instalaciones. Por ello, y en vista de que su país sigue en guerra permanente, los atletas iraquíes se han estado entrenando en Estados Unidos.

Cargando contenidos...