CICLISMO
El rey de las clásicas también lo fue en la Acrópolis griega
Paolo Bettini luce su maestría en la prueba en ruta y se hace con el oro para la selección italiana
El italiano Paolo Bettini, ganador de las dos últimas ediciones de la Copa del Mundo de ciclismo, confirmó hoy, sábado, su condición de gran 'clasicómano' al ganar en los Juegos de Atenas 2004 el oro olímpico de fondo en carretera, en una prueba que se disputó en el centro de la capital griega. El rey de las clásicas venció a los pies de la Acrópolis. Bettini, de 30 años, que en su amplio palmarés cuenta triunfos en la Milán-San Remo (2003), en la Lieja-Bastoña-Lieja (2000 y 2002), en la Clásica de San Sebastián (2003) y en las de Hamburgo (2003) y Zürich (2001) y que en mundiales fue segundo en el de Lisboa (2001, que ganó Óscar Freire) tiñó de oro su palmarés con una nueva demostración de fuerza. El italiano cubrió el recorrido total, de 224 kilómetros, en un tiempo de cinco horas, 41 minutos y 44 segundos, uno menos que el portugués Sergio Paulinho, que fue segundo en una jornada en la que el belga Axel Merckx, el hijo del mítico Eddy «El Caníbal» se colgó al pecho la medalla de bronce. Los españoles tuvieron la suerte en contra desde poco después de darse el pistoletazo de salida, apenas en el tercer kilómetro, en el que el vitoriano Igor Astarloa, actual campeón del mundo; y el cántabro Iván Gutiérrez se vieron envueltos en una caída que marcó desde un principio la suerte hispana y en la que también se vieron envueltos el holandés Michael Boogerd, el colombiano Marlon Pérez, el ruso Karpets y el ucraniano Honchar. Primer contratiempo serio Astarloa se tuvo que retirar en la primera vuelta, al sufrir fuertes contusiones en el codo y clavícula derechos, de las que fue atendido en un hospital de la capital griega, donde se descartó, no obstante, que sufriera rotura alguna. El colombiano Pérez y Boogerd -que también acabó el sanatorio- abandonaron a las primeras de cambio; Karpets lo hizo en la cuarta vuelta y Gutiérrez pudo completar hasta la decimotercera. España aspiraba, al menos, a un trofeo, ya que partía con tres primeras espadas de categoría. Pero la caída de Astarloa -uno de ellos- y Gutiérrez dejaron a Freire -que se cayó en la séptima vuelta y se retiró en la quince; y al murciano Alejandro Valverde -el único que acabó la prueba, en el puesto 47, a dos minutos y medio- con la única ayuda de un sensacional Igor González de Galdeano, que prestó su buen momento de forma al servicio de sus capitanes hasta el décimo quinto de los 17 giros de la prueba.