Diario de León

PRIMERA DIVISIÓN LA SEMANA

La alegría en tiempos de cólera

Publicado por
ÓSCAR GONZÁLEZ
León

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AZOTADOS por la guerra, obligados a jugar lejos de su casa, con poco apoyo y escasos recursos económicos, los jugadores de Irak, del Terek Grozni chechén o del Hapoel Bnei Sakhnin árabe-israelí demostraron que el fútbol es capaz de ofrecer motivos para celebrar donde parece imposible la alegría. Miles de iraquíes volvieron a empuñar armas, pero en esta ocasión las dirigieron al cielo, para disparar ráfagas en señal de júbilo, el que provocó la inesperada victoria de su selección olímpica sobre Portugal (4-2), una de las favoritas. Contra pronóstico, no brilló en Patras Cristiano Ronaldo, la «estrella» portuguesa, millonario gracias a su contrato contra el Manchester, sino Younis Mahmoud, el único jugador iraquí que tiene página web, y no por sostener, con 21 años, a una familia con doce miembros, sino por su capacidad goleadora. La alegría iraquí se sumó a la que vivieron, la víspera, en Chechenia y Galilea, donde las victorias de sus equipos en la UEFA sacaron a la calle a sus habitantes, que no temieron ver reprimidas sus manifestaciones. Ocultos entre el gran número de conjuntos desconocidos que pueblan la segunda ronda de clasificación, el Terek Grozni y el Hapoel Bnei Sakhnin son algo más que una anécdota. Fundado en 1958, el Terek fue disuelto en 1994, cuando estalló la primera guerra chechena, y sólo en 2001 fue readmitido al fútbol ruso, aunque sin poder jugar en Grozny. Pese a que no está integrado por jugadores chechenes y que el Kremlin lo utiliza para demostrar la «normalidad» que vive la región norcaucásica, el Terek es un símbolo y cada victoria se festeja con alborozo. De igual forma, en Sakhnin, una localidad de 30.000 habitantes de Galilea, la goleada del conjunto local sobre el Partizani albanés (3-0) volvió a convertirse en una llamada a la paz. Compuesto por árabes, judíos y cristianos, el Hapoel Sakhnin, sorprendente vencedor de la Copa israelí, no es sólo el único club árabe que ha participado en una competición europea, sino que se ha transformado en el paradigma de la convivencia. Irak, Grozni y Sakhnin se olvidaron por unos momentos de la violencia, recordaron que, a veces es mejor hacer caso a Albert Camus, un ex guardameta de la Universidad de Argel, que aseguraba: «Después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol».

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