Las pruebas en carretera llegan a su epílogo este miércoles con las citas contrarreloj Longo establece otro récord de longevidad y acaba décima

El ciclismo en carretera cerrará su programa en los Juegos Olímpicos de Atenas -en los que también habrá ciclismo en pista y 'mountain bike' o bicicleta todo terreno (BTT)- el próximo miércoles, jornada en la que se disputarán las dos pruebas contrarreloj. Las 'cronos' tendrán lugar en Vouliagmeni, a unos 25 kilómetros al sur del centro de Atenas -zona olímpica en la que también se disputará el triatlón-, por un recorrido de ida y vuelta al lado de la playa, de 24 kilómetros. La holandesa Leontien Zijlaard-Van Moorsel, que se accidentó en la prueba de fondo en carretera y tuvo que ser trasladada al hospital, sin poder defender hasta el final el título que logró hace cuatro años en Sydney (Australia), será duda para la crono. En hombres, el ruso Viatcheslav Ekimov intentará repetir el triunfo que obtuvo en la capital de Nueva Gales del Sur. España estará representada el miércoles por Joane Somarriba y Dori Ruano, en féminas; y por Igor González de Galdeano y Iván Gutiérrez en hombres. Son fenómenos aislados. Casi anomalías. La atleta Merlene Ottey cumplió 44 años en mayo; la ciclista Jeannie Longo alcanzará los 46 en octubre, y la tenista Martina Navratilova ha sobrepasado ya la barrera de los 48. Detrás de cada una de ellas hay un estela de hechizo, de admiración, de fotografías en sepia e imágenes en blanco y negro. Longo, que fue oro en Atlanta'96, dos veces plata y una bronce, ha visto crecer a su rueda a varias generaciones de ciclistas. Los Juegos son una factoría de récords. También de longevidad. En la salida de la prueba de ruta, la brisa alivia los sofocos. Sonia Huguet y Edwige Pitel son dos de las tres representantes francesas. Huget es la nieta: 28 años; Pitel, la madre: 37. Y la que falta, Longo, la abuela. Cuando, por ejemplo, nació Eneritz Iturriaga (23 años), la incombustible ciclista gala ya era campeona del mundo. Longo es la abuela, pero vive sola. Apenas se acerca al coche de la selección francesa. Tímida, retraída, arisca, como ha sido siempre. La mujer de los récords logró ayer uno más, acabar la décima en la prueba en ruta haciendo un gran papel.