| Análisis | El secreto de un gran éxito |
Beauvalais, trote perfecto
El caballo de Beatriz Ferrer-Salat tiene un don especial y pasa por ser una de las partes básicas del buen hacer del combinado
Ferrer Salat monta a Beauvalais, en un momento de la jornada de ayer
«Beauvalais es un caballo muy expresivo y ella lo lleva muy bien. Compenetrarte con el caballo es la base de todo. Es lo que me pasa a mí con Invasor. Ya he estado con él en tres Olimpiadas y siempre he mejorado: hice 61 en Atlanta, 66 en Sydney y casi 73 en Atenas», explica Rafael Soto, mientras Beatriz Ferrer-Salat inicia su ejercicio y él, tenso, se pone a narrarlo en voz alta, como recitando un conjuro en una jerga indescifrable. «Un poco pronto la salida del galope... Ahora bien. Cada dos trancos, cambio de pie. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nuevo. Fenomenal. Ahora quince cambios. Bien. El 'passage'... ¡Fantástico! A ver ese 'piaff'... ¡Bien! Ahora las piruetas. Bien la primera. La segunda, mejor, más cerrada.... Venga, que esto ya está». Y así fue.