Diario de León

CICLISMO

Escobar completa una jornada mágica con el bronce en persecución

España encontró en la pista el metal que se le había negado en las pruebas de ruta

El corredor español Sergi Escobar saluda desde el podio de la prueba de persecución individual

El corredor español Sergi Escobar saluda desde el podio de la prueba de persecución individual

Publicado por
Adrián R. Huber - atenas
León

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El español Sergi Escobar ganó la medalla de bronce en la prueba de persecución individual de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, tras derrotar en la ronda por el tercer puesto al inglés Rob Hayles, en una prueba en la que el oro fue para otro británico, Bradley Wiggins. Escobar, nacido en Lleida hace 29 años y que hace tres meses había ganado el título mundial de la disciplina en Melburne (Australia), donde relegó al segundo puesto a Hayles, derrotó de nuevo al inglés y logró así la primera medalla del ciclismo español en estos Juegos, la sexta en toda su historia olímpica. España encontró al fin en el ciclismo en pista un trofeo que en Atenas se le había negado en la ruta, en la que albergaba grandes esperanzas de capturar medallas sobre todo en las pruebas de fondo masculino y de contrarreloj femenina. Escobar encontró bronce en el velódromo cuyo tejado es diseño del arquitecto español Santiago Calatrava, autor asimismo de otras estructuras del complejo olímpico de la capital griega. El viernes había pasado a la primera ronda con el segundo mejor tiempo de todos, al cubrir los 4.000 metros en cuatro minutos, 16 segundos y 862 milésimas, lo que supuso un nuevo récord de España; y en la primera ronda, derrotó con claridad al australiano Luke Roberts, pero su tiempo fue el cuarto mejor, por lo que no entró en la final y tuvo que esperar hasta hoy para ganarle el bronce a Hayles. Superioridad total Escobar, que se sabía superior, pedaleó a 55,8 kilómetros por hora y, con un tiempo de cuatro minutos, 17 segundos y 947 milésimas, mejoró con claridad -en más de cuatro segundos- el tiempo del inglés. Acto seguido, el británico Bradley Wiggins, que rodó a 56,1 por hora y marcó un tiempo ganador de 4:16.304, le ganó la final, también con claridad -asimismo, con más de cuatro segundos de ventaja- al australiano Brad McGee, que, después de haber ganado dos veces el bronce en esta prueba, en los Juegos de Atlanta y en los de Sydney -su ciudad natal-, se marchó contento del velódromo con su medalla de plata. Wiggins y McGee se llevan bien y prueba de ello fue la vuelta de honor que dieron juntos, abrazados sobre sus bicis. Pero el oro fue para el británico, nacido fuera del Reino Unido, en Gante (Bélgica), hace 24 años. Algo que no fue óbice para que le vitorease desde la grada Cherie Blair, la esposa del primer ministro británico, que entonó con ímpetu el «God Save the Queen» en la ceremonia de entrega de medallas. El equipo integrado por José Antonio Villanueva, Salvador Meliá y José Antonio Escuredo, que había firmado el cuarto mejor tiempo en la calificación, se tuvo que conformar con el séptimo puesto, lejos de la plata que lograron en Melbourne. La holandesa Leontien Van Moorsel no podrá luchar por su quinto oro olímpico (en Sydney, donde también capturó una plata, ganó tres). Hoy la disputará el bronce a Kates.

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