Un error en la diagonal definitiva relega a Deferr a la cuarta plaza El ejemplo del fútbol en Irak

Gervasio Deferr falló en la final de suelo y se despidió de medalla en Atenas en su especialidad, en la que había puesto tantísimas ilusiones. Se quedó corto en la última diagonal con mortal en plancha y acabó cuarto en el aparato con el que confiaba resucitar tras su positivo por cannabis de hace dos años. Su cuarta posición supone una tremenda decepción para Deferr. Quedó empatado a puntos con dos rivales y fue superado con claridad por el canadiense Shewfelt, el rumano Dragulescu y el búlgaro Jovtchev. Los tres medallistas realizaron su ejercicio antes que él y sumaron una puntuación que fue ya imposible de alcanzar por el español tras el error cometido. Antes de saber la nota de los jueces, Deferr ya era muy consciente de que no tenía posibilidad de podio. Levantó los brazos decepcionado y abandonó lamentándose con la cabeza baja. Minutos después, cuando ya conoció la clasificación final, que no le sorprendió, pasó por la zona mixta y no quiso detenerse a dar explicaciones. No pudo disimular su enfado. Prefirió marcharse a la sala de calentamientos y esperar a que se le pasase tanto dolor. «No está enfadado. Está decepcionado», aseguró el entrenador de artística masculina, Álvaro Montesinos. «Está muy hecho polvo y quiere que le entendáis, porque ahora no tiene amigos», añadió minutos después el jefe del equipo español de gimnasia, Pedro Mir. Deferr, que había trabajado muy duro y contrarreloj para llegar a Atenas y ganar su segunda medalla en unos Juegos, no respondió en la final de suelo a las expectativas que había despertado. «En una final hay que afinar mucho, porque los demás están a tope. No ha hecho la diagonal como hace normalmente. Lo que hay que hacer es clavar. Si hay algún titubeo...». Las palabras de Montesinos sonaron a claro reproche. «Si hubiese hecho esa diagonal no habría perdido esa décima», se lamentaba Montesinos, que no pudo negar que el resultado final era «justo». Reflebaja 9.787 para Shewfelt y Dragulescu; 9.775 para Jovtchev; y 9.712 para Deferr. Quedó igualado con el americano Paul Hamm y el japonés Nakano, pero se ganó esa cuarta plaza gracias a que no se llevó ninguna nota por debajo de 9.60 y en cambio sumó dos 9.80. Era el peor puesto posible para alquien que había soñado innumerables veces y trabajado con tanto ahínco por esa medalla de suelo desde los Juegos de Sidney. LA SELECCIÓN de un país en guerra como Irak se ha convertido en una de las atracciones de la competición olímpica de fútbol, ya que el equipo está en las semifinales del torneo, tan sólo seis meses después de que se le levantara la suspensión impuesta por el Comité Olímpico Internacional. Lo imprevisible, una vez más, ha aparecido en el mundo del fútbol y los iraquíes ya están dispuestos para medirse a Paraguay en la semifinales del torneo, tras haber superado a equipos como Portugal y en los cuartos de final a Australia. Los dos últimos años han sido muy intensos para el deporte iraquí en general y para su fútbol en particular, sobre todo desde el inicio a principio de 2003 de las investigaciones iniciadas por el COI sobre el Comité Olímpico Iraquí, que presidía Odai Saddam, hijo de Saddam Hussein, líder de aquel país hasta abril del pasado año. La suspensión se produjo en mayo de 2003 y el país fue readmitido en el último mes de febrero, lo que ha permitido la presencia en Grecia de veintinueve deportistas del país, de los que dieciocho son futbolistas y entre los que hay una sola mujer. El equipo de fútbol ha llegado a la cita olímpica tras haber disputado la Copa de Asia, torneo en el que empezó a desempeñar su cargo el actual seleccionador, Adnad Hamad, sustituto del alemán Bernd Strange, quien renunció al puesto hace dos meses por cuestiones de seguridad personal. En algunos sectores del país se interpreta que el fútbol puede convertirse en un factor de recuperación, ya que puede servir para levantar el ánimo de los ciudadanos en tiempos como los actuales. Los iraquíes, afiliados a la FIFA desde 1950, han llegado al torneo olímpico de fútbol por primera vez desde su participación en Seul 88 y su mejor clasificación en esta competición se produjo en 1980, en Moscú, cuando llegaron a los cuartos de final, por lo que ya han mejorado la mejor participación de su historia. La trayectoria de Irak en los actuales Juegos puede considerarse impecable, ya que en el primer encuentro dejó claras sus intenciones al ganar con claridad al subcampeón de Europa, Portugal por 4-2, y a continuación a Costa Rica por 2-0. Sólo Marruecos les ganó por 2-1 en el último encuentro, cuando la clasificación estaba garantizada. El equipo se cruzó con Australia en cuartos de final y se impuso por 1-0 en que ha sido el último paso dado.