¿Realidad o ficción?

DEDUCIMOS que más que los despropósitos en sí, lo que más descorazona a los seguidores de la lucha leonesa es la falta de respuesta a esta situación; la ausencia de reacció. El adormecimiento ante la atonía tan manifiesta, como si «eso» fuese normal e inevitable. Hay una conciencia generalizada, tanto en lo del atasco presente como en la falta de confianza y fe en el futuro; más que generalizada, unánime, salvo para quienes se niegan a verlo y reconocerlo y prefieren autoengañarse: esa proclamación de una lucha leonesa con presente y futuro esplendoroso sólo se la creen... quienes «lo venden». Despropósitos + atonía = parálisis total. Dejando que pase el tiempo -la temporada- y sin hacer nada; sin tomar ninguna medida correctora y sin ofrecer solución alguna. Ante la complacencia, sólo, «de los complacientes», que pasan todo por alto y sin inmutarse. Anestesiados... e inmunizados. Y es que se está contraponiendo de continuo lo luchísticamente real a lo luchísticamente ficticio. Claro que el aficionado con criterio no se deja «engatusar» por cantos de sirena mediáticos proclamando que la Lucha vive un espléndido momento. Impresentable de todo punto ¿autoengaño, anestesia, cuentas pendientes...? En todo caso estrategia encaminada a adormecer conciencias críticas; un adormecimiento que es justo lo que menos necesita una L.L., tan objetivamente decadente que salta a la vista... de «casi» todos. El «falseo» ha sido siempre una «maña aluchera». Entre tanto se obvia el fondo de los problemas, los problemas de fondo, como es el caso del problema arbitral, o el de la Lucha de Base, o el problema de las lesiones y su falta de cobertura integral que tanto hemos venido requiriendo. O el relativo fracaso de Semipesados, categoría que ahora tildan de anodina y sin interés, cuando algunos tuvimos siempre muy claro que existían muchísimas mejores expectativas en Semiligeros: aparte del estímulo e impulso que habría de representar para bastantes chavales dado que es frecuente el acceso cortos de peso incluso para Ligeros; pero según nos apuntaba un aficionado perspicaz, para Semiligeros no se dan las circunstancias, el perfil y el «peso... específico» y la sonoridad de un apellido como el de Yugueros. En la misma línea positiva ¿se analiza la sangría de abandonos en la práctica de la lucha? Luchadores, jóvenes, que van dejando de aparecer por los corros y acaban desapareciendo del todo. Cuantificarles, cualificar las causas y poner remedio en la medida de lo posible. Pero un análisis serio. En ello nos jugamos el futuro, al igual que en las deserciones de aficionados, cuya casuística habría que evaluar. Una pista a bote pronto: salvo contados combates los corros resultan tediosos y «aburren a las ovejas» ¿Realidad o ficción?