España sólo se cuelga lágrimas
El conjunto español cae derrotado en la tanda de penaltis después de un encuentro muy disputado en el que no supo aprovechar su ventaja en las dos prórrogas disputadas
La selección española de balonmano no podrá repetir la medalla conseguida en Atlanta y Sydney, al perder con Alemania en los lanzamientos desde siete metros, tras haber igualado a 30 goles al final de las dos prórrogas que fue necesario disputar. El maleficio de las prórrogas, como en el mundial de Portugal, volvió a castigar al equipo español, que, al menos en el tramo final del encuentro y durante las prolongaciones, llevó la iniciativa en el juego y en el marcador, pero no supo rematar al rival. El excelente partido de David Barrufet, tanto durante el juego como en los penaltis no fue suficiente para sacar adelante el pase a semifinales, ya que ninguno de los cuatro lanzamientos fue convertido por sus compañeros. El primer tiempo ya estuvo marcado por la igualdad, pero también por las exclusiones y las buenas paradas de ambas guardametas, con una selección alemana que, conducida por Sthepan y Bauer, fue de más a menos, mientras que a los españoles, con Dujshebaev en su mejor partido de los Juegos, les ocurrió lo contrario. Con 6-3 en el marcador, un tiempo muerto pedido por César Argilés volvió a meter a España en el encuentro a pesar de que el equipo tenía problemas en el lanzamiento. Aunque España volvió a tener otra desventaja de tres goles (11-8), el equipo sin prisas y sin pausa se rehizo y tras el empate a trece, se puso por primera vez en el marcador, ventaja que mantuvo hasta el descanso gracias al acierto de su defensa y las acertadas salida al contragolpes de Juanín García. El partido incrementó su intensidad tras el descanso, sin que ninguno de los dos equipos fuera capaz de despegarse en el marcador. España sufría más que Alemania porque necesita elaborar más sus ataque, ante una defensa prácticamente impenetrable. Fue necesario un gol del español Iker Romero a escasos segundos del final, que propició el empate a veintisiete, para que se disputara la prórroga. La intensidad creció en la prórroga hasta el punto de que se marcaron sólo dos goles y ambos de penalti, el de los alemanes con el tiempo ya cumplido. El agotamiento hizo mella en los dos equipos y se cobró alguna víctima, como ocurrió con Dujshebaev, quien, lesionado, no pudo participar en el segundo periodo de la prórroga. Al final, todo se decidió por ese matiz: Barrufet no pudo detener el noveno penalti y España ya no necesitó lanzar el décimo, s9in haber convertido ninguno, por lo que el sueño de la medalla se desvaneció.