GIMNASIA RÍTMICA 5 AROS
Carolina Rodríguez contribuye a la clasificación española para la final Fracaso en el deporte colectivo
La leonesa, que compitió en el concurso de pelota y aros, situó al equipo en la octava plaza.
El conjunto español de gimnasia rítmica ignoró ayer al fantasma del último puesto con que terminó los Juegos de Sídney y consiguió, aunque con la peor nota, el pase a la final de Atenas, que se disputará el sábado. Las españolas, lideradas por la leonesa Carolina Rodríguez, terminaron octavas entre los diez países participantes, en el último puesto que daba acceso a la lucha por las medallas. Pero todos los grupos partirán de cero en la final, por lo que sus posibilidades de mejora permanecen intactas. España, con otras gimnastas y otras entrenadoras, fue medalla de oro por conjuntos en 1996 y décima y última en Sídney. Las rusas, campeonas olímpicas en Sydney, pasaron hoy con la mejor nota y las italianas fueron las sorprendentes segundas, superando, además de a España, a Bulgaria, Grecia, China, Bielorrusia y Brasil, que completan la nómina de finalistas. Sonia Abejón, Bárbara González, Marta Linares, Isabel Pagán y Nuria Velasco salieron a hacer el primer ejercicio, con cinco cintas. Las españolas tenían mucha confianza en esta presentación, pero dos veces se les enredaron las cintas y tuvieron problemas para recoger el último lanzamiento, aunque no llegó a caer. Valoración de los jueces Las jueces no apreciaron en exceso la calidad artística del ejercicio, la segunda peor valorada con 7,4, y aún menos la ejecución (6,8). Con el 7 de valor técnico la nota final fue de 21,200, que llevó al grupo a la novena plaza tras la primera rotación, sólo por delante de Polonia. Pero el conjunto, con su psicólogo Amador Cernuda siempre al lado, hizo borrón y cuenta nueva para salir con las dos pelotas y los tres aros. Aquí la leonesa Carolina Rodríguez sustituyó a Sonia Abejón para este ejercicio. Y España mejoró en todo, en valor técnico, valor artístico y ejecución, para una nota de 23,400 que colocó al equipo en la final con una puntuación global de 44,600. Por lo que respecta a la actuación individual, Almudena Cid dio un paso de gigante hacia la clasificación para la final individual de rítmica al terminar en octava posición tras las dos primeras rotaciones de ayer. La vasca, que sueña con lograr un diploma olímpico en Atenas, podría entrar en la historia si se mete en la final, pues lo conseguiría por tercera ocasión consecutiva, un hito sin precedentes. LOS SUEÑOS del deporte colectivo español de lograr medallas en los Juegos se han desvanecido casi por completo en poco más de veinticuatro horas y la derrota en baloncesto ante Estados Unidos ha sido una muestra palpable de que los buenos principios no siempre abocan hacia los buenos finales. En los primeros días de los Juegos, cuando España deambulaba por la parte baja del medallero únicamente con la plata de Quintanal en tiro, las manifestaciones de los dirigentes deportivos y las impresiones de los periodistas coincidían en que había que esperar a la segunda semana de competición para recoger las medallas. Estas opiniones se basaban en el convencimiento de que los deporte colectivos (baloncesto, balonmano, hockey y waterpolo) habían, en términos generales, iniciado con buen pie las diferentes competiciones y sólo era cuestión de tiempo ratificar ese buen comienzo con un mejor final e incluso alguna medalla. Nada más lejos de la realidad, al menos en esta ocasión, puesto que con la excepción del hockey masculino, deporte en el que España aspira a luchar ya sólo por el bronce si resuelve favorablemente su encuentro ante Alemania, buena parte de los equipos españoles que arrancaron fulgurantemente en sus respectivos torneos, están ahora pendientes de la triste lucha por los puestos que van del quinto al octavo. Hecha la salvedad del hockey, la jornada del jueves ha tenido en la derrota de España con Estados Unidos el exponente más claro de esta situación.