BALONCESTO
La inmaculada hoja de servicios de España se emborrona en el día clave
Estados Unidos trunca el sueño de la medalla y se regodea con un tiempo muerto humillante. Pesquera: «Este sistema es injusto»
Stephon Marbury jugó lealmente contra España y su letal muñeca clasificó a los Estados Unicos para las semifinales olímpicas, con 31 puntos de caballero que su técnico, Larry Brown, afeó con un tiempo muerto, indigno, prohibido en el mundo del baloncesto, cuando el partido ya se había resuelto y sólo quedaban segundos (90-100). Brown faltó al respeto a España y a su propia selección. Esa acción es tabú. Ganó, pero como un rufián. El seleccionador español no pudo contenerse y al finalizar el choque se lanzó a por él. Le tuvieron que agarrar en la banda para que el asunto no pasase a mayores. La derrota dolía. El tiempo muerto de Brown insultaba. Hasta entonces, el planteamiento táctico de Mario Pesquera buscaba sacar a los americanos de la pintura para cortarles la inagotable fuente de puntos que para ellos significa el rebote ofensivo. España acopló sus defensas alternativas para blindar la zona aún a costa de ceder, intencionadamente, tiros cómodos. Eso le costó una molesta factura en triples, pero también le libró de las segundas opciones de lanzamiento debajo del aro. Parecía un riesgo suicida concederles tiros tan abiertos. Sin embargo, el conjunto español sabía lo que hacía. Antes o después el cansancio bajaría los porcentajes del rival. Además, lo importante era el rebote y, al mismo tiempo, tener fluidez ofensiva. Bien, pues los subcampeones de Europa cubrieron ambos objetivos. El segundo cuarto dio menos de sí en el apartado reboteador. En el gran objetivo español, el rebote, las cosas iban como la seda. Las series anotadoras habían ido y venido por igual, con parciales largos y muy rápidos, en apenas minuto y medio o dos minutos. Por otra parte, Duncan y Richard Jefferson ya cargaban con dos faltas cada uno. España pisaba suelo firme. Los hombres de Larry Brown entendieron que en el tiro podían encontrar la baza ganadora. España seguía el ritmo, pero Carmelo Anthony le metió más presión con un triple sobre la bocina que cerró el tercer corte (67-74). La selección española recuperó el sitio con rapidez (71-74 min 31). Era un momento vital. Para ambos. Los americanos recibieron dos seguidas de regalo en dos fueras de banda señaladas al revés. Una tercera, a continuación, en un contacto debajo del aro no señalada (71-77). El árbitro mexicano incluso quiso anular un triple de Calderón que devolvía la vida a los hombres de Pesquera. Su compañero Aylen rectificó ante las protestas. El partido no había terminado. Pero Marbury quiso que acabara. De tanto sentirse cómodo en el arco, el genial escolta tomó vicio. Sus triples rompieron el sueño de un equipo que no sabía lo que era perder en Atenas. «Perdimos un partido de competición Fiba pero con reglas de la NBA, y así no puede ser» MARIO PESQUERA Seleccionador español