León exhibe los primeros atisbos de su gran potencial ofensivo

El Baloncesto León mejoró sensiblemente la imagen sobre la cancha, especialmente ofensiva, para superar con extrema comodidad al Orense y anotarse la primera victoria de la pretemporada, tras el tropiezo de Gijón. Y es que si entonces el equipo de Ángel Jareño estuvo fallón y poco integrado, ayer exhibió que el nuevo Baloncesto León tiene un gran poderío anotador. En frente un rival que apenas estuvo cinco minutos con opciones. A la baja de salida de Wright se unió la de su experto base Juanjo Bernabé, que dejó la cancha en el arranque del encuentro con molestias en una rodilla. Pero León también tuvo su baja en esta cita, que se perdió Mike Higgins, que arrastra molestias en el hombro izquierdo. Esa situación aportó aún mayor protagonismo sobre la cancha a Lamont Barnes, que debutó con el equipo apenas tres días después de su llegada. Pero tuvo una actuación interesante. Precisamente Barnes abrió anoche el tanteador con dos tiros libres anotados. Y es que ese fue el aspecto más positivo del partido de anoche. Si en Gijón las canastas no quisieron entrar, ayer quedó claro que León tiene jugadores con mucho talento y con buen tiro exterior, como su pareja de bases, que ayer sumaron 29 puntos entre los dos. El partido tuvo un arranque de «tanteo». León sumó un parcial 6-0 y el Orense otro de 0-7. Y ahí se acabó el partido. Del 6-7 a los cuatro minutos se paso a un 22-9 poco tiempo después, y a un 26-11 al final del cuarto. El Orense no encontraba como atacar la defensa de León, que cerraba bien el rebote y corría con comodidad. Y si tocaba ataque estático la fuerza de Jeffers en las penetraciones o el buen tiro permitían a León irse progresivamente en el marcador. Jareño movía el banquillo y hubo tiempo para la joven pareja del equipo -Rocchia y Vaca-, uno en el segundo cuarto y otro en el último. La ventaja iba a más y Larragán anotó diez puntos consecutivos antes del descanso para elevar al renta a un máximo de 25 puntos (51-26). El técnico gallego Ángel Navarro estaba cada vez más disconforme con las decisiones arbitrales, pero el tanteador era inapelable. Tras el parón, el Orense intentó frenar a León con una zona que León rompió con algunos apuros que permitió al conjunto gallego tomar un poco de oxígeno. Pero el partido llevaba mucho tiempo acabado y las imprecisiones propias de estas alturas de campaña fueron a más. Pedro Rivero había anotado dos triples consecutivos en el inicio del tercer cuarto y la ventaja volvía a tocar nuevo techo (62-31). Y la defensa de León se aflojó porque era difícil trabajar en un partido que estaba acabado cuando faltaban quince minutos. El Orense aprovechó para elevar su tanteador frente a un equipo en el que se habían repartido los puntos de forma bastante equitativa. Seis jugadores pasaban de los diez puntos. Y gestos en los que se vio mucha labor de equipo. Desde los americanos a los españoles, todo el mundo aprovechó para dar algún consejo a los jóvenes en la pista.