Los pescadores, satisfechos por la descatalogación del cormorán

La orden ministerial por la que se descataloga el cormorán grande, phalacrocorax carbo sinensis , que deja de ser considerada un ave de interés especial, dado que sus poblaciones han aumentado considerablemente y no plantean problemas de conservación, ha sido muy bien acogida entre los pescadores que atribuyen a este depredador una buena parte de los males que aquejan a las poblaciones trucheras en ciertos ríos de León. La incógnita que se plantea ahora es conocer que tipo de medidas adoptará la Consejería de Medio Ambiente para reducir el número de cormoranes que, en los últimos años, han crecido de forma desproporcionada. Una de estas medidas podría ser incluir la subespecie entre las especies cinegéticas para que los cazadores pudieran cazarlo libremente. La orden anual de caza, publicada el pasado mes de junio, no lo incluye lógicamente entre las especies cazables. El interés gastronómico del ave es mínimo, pues su carne presenta un sabor a pescado rancio y es sumamente dura. «No la comen ni los perros», confiesan quienes han tenido oportunidad de probarla. Desde el punto de vista cinegético, la caza presenta grandes dificultades pues es un ave muy desconfiada, que vuela a gran altura o se posa en las zonas de seguridad, donde no estaría permitido disparar. Además, por su tamaño requiere el uso de perdigón muy grueso, especialmente si se le tira a cierta distancia. El control, sin embargo, puede resultar muy sencillo, pues los dormideros están bastante localizados y en lugares perfectamente accesibles, ya que no tiene hábitos nocturnos y duerme en los árboles o en los riscos próximos a las zonas donde acostumbra a pescar. Estudio de daños El estudio de los daños que ocasiona entre las poblaciones piscícolas ha sido evaluado por el profesor Purroy quien, en sus conclusiones, manifiesta que aun siendo importantes, son menores de los que ocasionan los pescadores. Desde el punto de vista de un naturalista podrían ser válidas, pero desde otras ópticas habría que considerar el interés económico, deportivo y social que la pesca representa y que estos animales, que hace años eran desconocidos en León, estarían arruinando. El director General de Pesca de la Junta, señor Roy, ya manifestó en una conferencia el pasado año, celebrada con motivo de la Semana Internacional, su preocupación por el tema y la necesidad de adoptar medidas para regular la presencia del cuervo marino . La preocupación se acrecienta si consideramos que algunos cormoranes ya no se limitan a invernar, sino que nidifican y crían en las proximidades de los grandes embalses. En Riaño, por ejemplo, anidan varias parejas que con frecuencia se desplazan en pleno verano hasta las tablas de Cistierna para pescar. Los resultados de los estudios que la Consejería de Medio Ambiente tiene encargados no se conocen todavía, o al menos no se les ha dado publicidad. Precisamente la pasada semana entraban en el crematorio de Cabreros del Río un número aproximado de entre doce y quince cormoranes muertos, probablemente procedentes de la zona de Riaño. La información a la que ha tenido acceso Diario de León, no ha sido confirmada ni desmentida por el jefe de la Sección de Pesca, Javier Sancho, visiblemente contrariado por las preguntas. Lo que si dejó meridianamente claro es que, de forma oficial, no se está tomando todavía ninguna medida de control que afecte a las poblaciones de cormorán grande que invernan o nidifican een distintas zonas de la provincia de León.