PERFIL
El éxito callado de «El mudito»
DAVID CAL, el nuevo campeón olímpico de C-1 sobre 1.000 metros, es frío como el hielo. Si deportivamente representa la armónica conjunción de velocidad y resistencia, en la faceta personal se impone su carácter introvertido. Son tan pocas sus palabras que cuando sus compañeros le han visto con un teléfono móvil, le han preguntado: «¿Para qué lo quieres, si tú no hablas?». Respuesta: «Tiene juegos». David Cal (10 de octubre 1982) nació en la localidad pontevedresa de Hio, perteneciente al municipio de Cangas de Morrazo. Fue compañero de clase, desde «parvulitos», de Teresa Portela, otra gallega con la que hoy podría compartir un podio mixto en las finales de 500, en las que él buscará una nueva medalla en C-1 y ella lo hará en K-2 junto a Beatriz Manchón. Perteneciente al club Ría de Aldán, el joven canoista gallego se inició en esta modalidad a los 8 años, como una actividad veraniega que le permitiera hacer deporte. Empezó practicando kayak, y como no le gustaba mucho cambió a la canoa. Durante su etapa como infantil y juvenil, el nuevo campeón olímpico pasaba ya con la misma discreción fuera de la pista que lo hace ahora. A él nunca le ha gustado demasiado hablar. Tanto Teresa Portela como Ana Varela, una palista gallega que ha intentado alcanzar, sin éxito, el pasaporte olímpico en el pasado Europeo, alaban la capacidad de sacrificio y la meticulosidad de David Cal cuando se trata de entrenamientos. Remando en la ría de Pontevedra, o machacándose en repetidas sesiones de gimnasio, Cal es un compañero más, eso sí, de lujo. Ahí es donde él se siente especialmente cómodo. Su carácter introvertido le ha valido el apodo de «mudito» en algunos círculos, pero siempre ha tenido el respecto y la admiración de quienes, sobre todo en el último año, han seguido su espectacular progresión. Amante de la música, y apasionado de aquella que sea lo más estridente posible, David Cal luce como miles de jóvenes de su edad dos 'piercings', uno que se ha colocado en la lengua y otro en el labio inferior. El nuevo campeón olímpico, hijo de panaderos, y el mediano y único varón entre dos hermanas, apenas gesticuló cuando cruzó la línea de meta en primer lugar. Quienes le conocen no esperaban muestras demasiado visibles de alegría.