Los fanáticos amenazan al deporte

EL DESGRACIADO incidente en el que se vio involucrado el atleta brasileño Vanderlei Cordeiro de Lima cuando lideraba el maratón de los Juegos Olímpicos, ha vuelto a poner de manifiesto que el deporte se está convirtiendo en el punto de mira de fanáticos e indeseables, que utilizan la repercusión de las transmisiones deportivas para promocionarse. Desgraciadamente la foto del ex sacerdote irlandés Cornelius Horan ha copado las portadas de todos los periódicos del mundo, dejando en un segundo plano incluso la ceremonia de clausura. Este personaje irrumpió en medio del maratón y agredió a Vanderlei Lima cuando lideraba la prueba en el kilómetro 36. Inmediatamente, un tribunal de Atenas le condenó hoy a un año de prisión condicional. Los tres miembros del tribunal encontraron culpable a Horan, de 57 años, que fue detenido anoche por violar la leyes griegas con su ataque al atleta brasileño, al que agarró y empujó contra el público durante la carrera de maratón. Sin embargo, el clérigo irlandés, que también fue condenado a pagar 3.000 euros por el incidente, sólo ingresará en la cárcel si comete algún otro delito en Grecia durante los próximos tres años. El tribunal ateniense podría haberle impuesto una pena máxima de cinco años de cárcel, pero, aparentemente, sólo le condenó a un año de prisión condicional por su estado mental. Esta no fue la primera que Horan utiliza el deporte para su promoción. En julio de 2003, con una vestimenta similar a la del domingo en Atenas, entró en el circuito de Silverstone en mitad del Gran Premio de Inglaterra de automovilismo y se situó en la carretera durante veinte segundos. Tras ser condenado a seis meses de cárcel, quedó en libertad a los 45 días e insistió en que no se arrepentía de sus acciones. Cornelius «Neil» Horan interrumpió el desarrollo normal del circuito de Nortahmptonshire, burlando las medidas de seguridad e irrumpiendo en la carretera, vistiendo una falsa escocesa y portando pancartas de contenido religioso. Con este comportamiento, el ex sacerdote había explicado que pretendía promover sus creencias religiosas y según contó a la policía, intentó hacerlas públicas de esa manera. El pastor también ha provocado incidentes en la pista central del Torneo de Wimbledon.