Mal comienzo

NO ES PRECISAMENTE buen síntoma -sino todo lo contrario- comenzar mal la larga andadura de la liga. Quien mal anda, mal acaba... Quien mal comienza... Con un expediente disciplinario pendiendo sobre el equipo, como espada de Damocles, poniendo, muy en cuarentena, los tres puntos ganados en la pírrica victoria ante la Real Sociedad B, el segundo partido de la temporada oficial trajo la primera derrota sobre el campo frente al filial del Alavés. Dos goles a uno, mínimo pero máximo a la vez, porque los tres puntos de la victoria los dan lo mismo por un gol de diferencia que por favorable goleada. A la espera de la resolución del expediente incoado, la Cultural figura en la tabla en un muy buen lugar con tres puntos en el casillero, esos tres puntos, salvo monumental sorpresa, quedarán sin efecto. Consecuentemente, con el casillero en cero y ocupando los lugares de cola. Queda espacio y tiempo para conjugar el verbo rectificar en todos los tiempos y voces, la perifrástica incluida; pero es bueno rectificar inmediatamente, dar la solidez necesaria a las líneas del equipo inyectando en ellas la savia de los últimos fichajes. El central Jusué, el mediocampista Roberto Fresnedoso y el portero Echevarría. Dos veteranos y un joven. Los tres con currículos interesantes. Pero quiero poner el acento de la posible mejora en el portero, veterano de muchas lides, de vuelta, o casi de vuelta, del ser y del estar del evento futbolístico. Un guardameta con oficio, curtido en plurales lances, es algo así como la piedra angular del edificio del ascenso. Se hace necesaria y urgente incorporación al once, de los últimos refuerzos, en ellos están puestas confianza y esperanza.