Diario de León

España no halla el punto de practicidad que quiere Luis

El técnico asegura no estar «satisfecho con el empate, aunque hay que darlo por bueno»

Vicente fue uno de los pocos jugadores que se salvaron el miércoles de las críticas de Luis Aragonés

Vicente fue uno de los pocos jugadores que se salvaron el miércoles de las críticas de Luis Aragonés

Publicado por
Ignacio Tylko - madrid
León

Creado:

Actualizado:

«No estoy satisfecho pero el empate hay que darlo por bueno». Esta reflexión de Luis Aragonés resume el sentir de los internacionales españoles en su regreso de Bosnia-Herzegovina. España salió viva de Zenica, pero ofreció más sombras que luces y no manejó con solvencia los momentos clave durante el primer compromiso de competición oficial. Aunque se mostró muy valiente con los cambios y supo templar y mandar desde el banquillo para que la selección no reculase, el técnico madrileño aún no ha dado con la tecla para cimentar la construcción del equipo de España que tanto ansía. Y lo que es más grave, no ha extraído el rendimiento esperado a diez días de intenso trabajo, un lujo para un seleccionador en los tiempos que corren y con los calendarios tan saturados. Las obras para la edificación futbolística de España se paralizan por «vacaciones». Hasta dentro de un mes Luis no podrá volver a trabajar la táctica, machacar el achique de espacios, mejorar la estrategia y profundizar en la mentalización de un grupo confuso y centrado ahora en sus clubes, en otros métodos de entrenamiento y en otros objetivos. En las dos próximas citas, ante Bélgica el 9 de octubre, en Santander, y en Lituania cuatro días después, España está obligada a dar la talla, a rehabilitarse y a dejar de encajar al menos un gol en todos los partidos. Males endémicos A diferencia de Camacho y Sáez, Luis no se ha estrenado con victoria en choque de clasificación. Su equipo se mostró vulgar ante Venezuela (3-2), plano y contemplativo frente a la recia Escocia (1-1) y poco experto al no ganar a Bosnia cuando la tuvo contra las cuerdas. Ese grave déficit, el de no saber leer bien cada momento del juego, es recurrente. Camacho insistió una y mil veces en que España debía de aprender a jugar el otro fútbol, el que no se ve, el del oficio y las triquiñuelas, y Luis habla de aprender a competir, de dejarse de florituras cuando el duelo se vuelve de rompe y rasga. Llámenla como quieran, pero la enfermedad es endémica.

tracking