El Madrid cae frente al Bayer (3-0)
El Real Madrid pasea una imagen patética por Europa, bajo los efectos de una dirección de pena y con una plantilla instalada en el acomodo, que mantiene los mismos vicios de Queiroz
El Real Madrid, con su técnico José Antonio Camacho a la cabeza, completó en el BayArena de Leverkusen el mayor ridículo de su historia reciente en Europa, una debacle sin paliativos que puede marcar un punto de inflexión y abrir los ojos a Florentino Pérez sobre los problemas de una plantilla veterana y descompensada. La mejor lectura que pueden hacer los blancos de esta severa derrota ante el rival de la novena es que se trata sólo del primer partido, que esto es una liguilla, y que los grandes púgiles siempre se vienen arriba después de encajar un golpetazo. Pero la reacción debe de ser inmediata porque la pinta del equipo no puede ser peor. Este Madrid, nefasto en todas sus líneas, sin frescura, sin capacidad de reacción y anímicamente deprimido, es el mismo que se arrastró en el último tramo de la pasada campaña. El sorprendente desarrollo del partido confirmó sobre el césped lo que publicó ayer miércoles la prensa alemana. Por más extraño que parezca, Augenthaler, técnico del Leverkusen curtido en mil batallas como futbolista, tenía en su poder un amplísimo informe de 40 folios sobre las debilidades del equipo blanco. Y no sólo eso. Además logró que sus jugadores lo memorizasen. Si el equipo de la aspirina no firmó una goleada escandalosa fue por falta de puntería de sus delanteros en el primer tiempo, donde Casillas estuvo soberbio, y porque se dejó llevar tras anotar el tercero con todavía más de media hora de partido por delante. Los alemanes, que recientemente rozaron el descenso en la Bundesliga y sólo tienen cuatro supervivientes del equipo que disputó hace dos años la final de la Copa de Europa, fueron infinitamente mejores táctica y físicamente, lo que les permitió que el rival nunca pudiera exhibir su teórica superioridad técnica. El Madrid sufrió contra las cuerdas, con la guardia baja y a merced de un rival que le pegó por todos los flancos, hasta que el golazo del polaco Kryznowek cerca del descanso le noqueó. Curiosamente, encajó el gol en la jugada menos esperada. Erraron ocasiones clarísimas los teutones y precisamente fueron a marcar en un zapatazo lejanísimo que entró tras golpear en el poste y en Casillas. Quien más y quien menos pensó en el descanso que la derrota era mínima, que los alemanes debían estar agotados por el esfuerzo, pese a llevar ya cuatro jornadas en la competición doméstica, y que el Madrid reaccionaría como en otras ocasiones. Pésimo augurio. Camacho no fue valiente en el descanso. Retiró sólo a Zidane, lesionado. Y el Leverkusen, crecido ante un adversario con tanta historia pero tan menor anoche, salió dispuesto a merendarse a los españoles. Resolvió en diez minutos con un golazo de França, a quien le dejaron todo el tiempo del mundo para pensar, y un error de Samuel, y a partir de ahí contemporizó. Camacho, desencajado, introdujo entonces a Celades y Solari por Ronaldo y Figo. ¿Cuál era el mensaje?