Camacho se reitera en la dimisión y García Remón asume el relevo

Florentino Pérez no consiguió convencer a José Antonio Camacho y se vio obligado a firmar la rendición del técnico, sustituido la víspera de la cuarta jornada de Liga por Mariano García Remón, un entrenador conciliador y sosegado, del perfil de Vicente del Bosque. Durante una atípica conferencia de prensa ante más de un centenar de periodistas en la que no se admitieron preguntas, Florentino se limitó a leer un comunicado que confirmó el acuerdo de la junta directiva de aceptar la dimisión de Camacho y anunció que continuará ligado al club en el área deportiva, aunque sin especificar su futuro cargo. Por el momento, Florentino ha aceptado la propuesta de Camacho de confiar el banquillo a otro hombre de la casa y de reconocido madridismo, que según el presidente «asegurará la continuidad del trabajo realizado» y en principio será el entrenador hasta el final de temporada. Aunque Camacho ha decidido abandonar porque considera que los jugadores han sobrepasado los límites y él no se ve capaz de sacar provecho a la plantilla y salir de la crisis, el entrenador de Cieza no hizo ninguna referencia pública a los futbolistas durante su breve alocución en la sala de prensa del Bernabéu. Aseguró que había tenido «el apoyo de la junta directiva y el presidente», pero se olvidó premeditadamente de los profesionales, a quien ha dejado en una situación enormemente comprometida ante la afición. Esta política del club de no criticar a los futbolistas también quedó patente durante la intervención de Florentino, que únicamente les solicitó, igual que a los aficionados, que apoyen al nuevo entrenador y tengan siempre en cuenta que la institución es lo primero. Cuarto técnico en cuatro años Convencido de que «los grandes clubes deben reaccionar con normalidad ante las dificultades», su primera reacción tras la precipitada renuncia de un técnico de ideas fijas ha sido regresar al pasado y buscar un entrenador de talante pacífico, tranquilo, con el que los jugadores se sientan a gusto. El carácter de Camacho ha chocado frontalmente con los «galácticos» y a García Remón, el cuarto técnico del Madrid en cuatro años, le espera una difícil papeleta. Pero Del Bosque también llegó como recambio provisional, en sustitución de Toshack, y ganó tres Copas de Europa y dos Ligas. No le renovaron por «anticuado» y prefirieron la «modernidad» de Queiroz. «Esta no es la manera soñada por mí, y por ello es un día triste», reconoció García Remón después de que Camacho confesara implícitamente su incapacidad para llevar la nave a buen puerto. «El rendimiento de este equipo no es el adecuado y estando yo no va a mejorar», subrayó Camacho, cuyas diferencias con los pesos pesados del vestuario surgieron ya en Japón y, casi cuatro meses, tras dos derrotas consecutivas, se han agravado. Camacho no ha encontrado el respaldo de la plantilla -aunque ya sabía lo que se encontraría en un vestuario de intocables que no quiere escuchar gritos ni ser tratado con mano dura-, ni tampoco suficiente apoyo del club para ejercer total autoridad y plasmar su trabajo en un equipo que d esde la marcha de Del Bosque ha entrado en barrena.