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García Remón cambia el estilo y el sistema a la primera de cambio

La dedicatoria por el primer triunfo bordeó las lágrimas: «Enhorabuena, Camacho»

El lacianiego Valdo apareció en el terreno de juego del Bernabeu pero no tardó en ser retirado

Publicado por
Amador Gómez - madrid
León

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Con García Remón cambió el estilo en el banquillo y también el sistema del Real Madrid. Con Camacho eran habituales los gritos a los jugadores, los lamentos y los manotazos al aire cuando el equipo no funcionaba, pero con García Remón volvió la tranquilidad, aunque el nuevo entrenador madridista también se enfadó con sus jugadores cada vez que comprobó las deficiencias en defensa. Si con el técnico murciano el Madrid jugaba con un 4-2-3-1, con Ronaldo como único punta, su sustituto apostó para su estreno en casa por un 4-4-2, con Raúl en la delantera como acompañante del brasileño, hasta que la lesión de Solari le obligó a colocar a Morientes arriba y a Raúl en la izquierda. A esa banda también acudió en varias ocasiones Figo, y por ella también subió Roberto Carlos, cuando con el anterior técnico el lateral tenía prohibidas las internadas alocadas. García Remón presenció gran parte de la primera mitad en pie, casi siempre con los brazos cruzados, y la mayoría de las veces eligió al capitán, Raúl, para dar órdenes, intentar que sus futbolistas no perdiesen la posición, y mandarlos arriba cuando el Madrid tenía el balón. Sentado, también dirigió la mirada a su ayudante, García Hernández, con quien intentó corregir los errores de su equipo. Sin revolución García Remón, que ya había anunciado que no habría revolución, mantuvo la línea continuista de su antecesor con su alineación en el centro del campo, con Celades junto a Beckham, además de preferir también a Raúl Bravo de central en lugar de Pavón ante la ausencia obligada del sancionado Samuel. Ante la baja en el lateral derecho del también castigado Míchel Salgado, al entrenador no le quedaba otra opción que Mejía, que sólo sufrió cuando salió Delporte en la segunda parte. En esa segunda mitad García Remón dirigió sobre todo sus intrucciones a Beckham y Celades y pidió que los jugadores más adelantados colaborasen en la recuperación en el medio campo. Con el gol de Beckham el técnico respiró, aunque pronto comenzó a agobiar Osasuna y el técnico se vio obligado a salir de nuevo. No le tembló el pulso para sentar a Ronaldo, y no eligió a un defensa.

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