Un trabajo de demolición

NADA hay definitivo en una prueba de tres semanas hasta que no se cruza la última línea de meta. Roberto Heras lo sabe muy bien, y su director, Manuel Saiz, también. Los dos cuentan con experiencias negativas en ese sentido en las dos últimas ediciones de la Vuelta. A pesar de ello, en La Covatilla, Heras ha dado un paso que puede considerarse definitivo para llegar de amarillo a Madrid. La diferencia que tiene sobre Valverde es inabordable. Se le ha acercado Santi Pérez, que atacará en Navacerrada, y antes si puede para rebajar ese tiempo. En la contrarreloj de Almussafes aventajó Heras en 1:52 a Santi Pérez. Las circunstancias en Madrid serán distintas a las de Almussafes y a las de Sierra Nevada. Estaremos con toda la Vuelta encima y eso va a contar. Valverde pagaba todos los esfuerzos que lleva acumulados en un día en el que sus recursos no encontraron un lugar propicio para salir a flote. En una subida como la de La Covatilla no hay ayuda de equipo que valga. O se tienen piernas y se está bien, y más ante escaladores puros, o estás perdido. El líder del Kelme se dio cuenta nada más empezar la ascensión que iba a sufrir. La labor de desgaste iniciada hace muchos días por Manuel Saiz terminó por fructificar. Si gana la Vuelta lo hará con un escalador, algo que no había conseguido nunca. Mauri, Zulle y Jalabert tenían otras características.