Y este cuento, se acabó

Manuel Saiz, su equipo, Liberty, arriesgó, una vez más, como ha hecho en muchas otras ocasiones, y convirtió la etapa en un infierno desde la salida. Sabía que para doblegar a Alejandro Valverde el trabajo que tenía que hacer era de demolición, de poner ritmo desde el principio, dejando a sus corredores para el arrastre, haciendo sufrir al ciclista murciano, minándole la resistencia. El colombiano Félix Cárdenas vencía en territorio de Roberto Heras, que ha dado un paso casi definitivo para ganar la Vuelta en Madrid. La carrera no está decidida después de seis kilómetros finales en los se pudo ver a los dos mejores escaladores de este país, Heras y Santi Pérez, en un combate único, entre líderes. Con la etapa madura, con muchos corredores tocados, el ritmo y el calor, Roberto Heras atacaba. Santi Pérez le seguía. Empezaba un recital del que saldría perjudicado Valverde. Los dos bailaban sobre la bicicleta, ascendían a una velocidad de vértigo, mientras Valverde se vaciaba, perdía metros. El corredor de Kelme, acompañado de Carlos García Quesada, tenía la mirada perdida, no encontraba explicación a su problema. Sus piernas no podían girar a la misma velocidad que las de los primeros. Cada metro que pasaba el martirio era mayor, el sufrimiento insoportable y los segundos le iban cayendo en un goteo que parecía no tener fin. Heras y Santi Pérez defendían los mismos intereses. El líder del Phonak buscaba la etapa y hubiera podido ganarla si su equipo hubiese colaborado con el Liberty. Esperar a un fallo Álvaro Pino forzó mucho la máquina, le dejó todo el trabajo a Liberty y el corredor más entero de la Vuelta se quedó sin su tercera victoria de etapa. Le faltaron 29 segundos ante un escalador que soltaría Heras cuando faltaba kilómetro y medio. Santi Pérez tuvo la etapa en sus piernas. Heras sólo pensaba en la diferencia con respecto a Valverde. «Me he quedado un poco cuando iba con Santi Pérez porque él estaba muy fuerte y yo lo he pasado mal. Si le sigo lo habría pasado peor», comentaba un Heras que vio a Valverde a comienzo de puerto algo tocado: «Durante la etapa no le he visto, pero abajo de La Covatilla me he dado cuenta de que iba un poco tocado». Heras, que tiene 1:13 de ventaja con respecto a Santi Pérez, 2:15 con respecto a Valverde y 2:16 sobre Mancebo, no va a decir en ningún momento que tiene la Vuelta ganada. La experiencia de lo que le pasó con Aitor González continúa pesando mucho en él. Quien se ha despedido del primer puesto es Valverde: «Iba mal, no hay que buscar ninguna otra explicación». Alejandro Valverde no ganará esta Vuelta a España pero la tiene en sus piernas. Dependerá mucho de los recorridos. A los 24 años tiene toda la vida por delante y se le presentarán más ocasiones. La tercera semana de carrera ha acabado por pasarle factura. Mientras Valverde decía adiós al maillot amarillo, Santi Pérez, que le sacó 31 segundos a Heras en 1.500 metros, es segundo en la general. El ciclista de Grao no tiene terreno, hasta que se llegue a Madrid, donde explotar sus cualidades. Tendrá que esperar un fallo de Heras, que el doble ganador de la Vuelta pase un mal momento. En Granada hemos asistido al nacimiento de un corredor que debe de tener continuidad. Dos escaladores jugándose la carrera en una contrarreloj estarán siempre lastrados por las diferencias de segundos que hay entre ellos. Una etapa dotada de una enorme dureza sirvió de escenario para ir preparando el acoso a Valverde en La Covatilla, donde miles de personas jalearon a Robero Heras, que va a ganar la Vuelta en su propia casa. Si la Covatilla tenía que decidir la Vuelta, Heras la ha ganado. Mancebo, fiel a su estilo, no reventó y volvió a meterse en tiempos de podio. La forma en la que se corrió, con un equipo dando la cara y el resto a rueda, sirvió para que Félix Cárdenas, un superviviente de un ciclismo que asombró en los años 80, el colombiano, ganase la etapa. El ganador en La Covatilla fue el último hombre que aguantó en una amplia escapada en la que estaban Arrieta, Valjavec, López de Munain, Zaballa y Gustov, que se marcharon en el kilómetro tres. Cárdenas estuvo 166,8 kilómetros escapado. A los 31 años lograba un nuevo triunfo en la Vuelta como el año pasado en Sierra Nevada.