Un pedazo de etapa de La Virgen

En Ávila vencía Javier Pascual Rodríguez logrando el cuarto triunfo de Kelme. El corredor leonés, nacido en la Virgen del Camino, de 32 años, lleva en profesionales desde 1995. Ganaba por delante del colombiano Iván Parra, otro componente del Cafés Baque, ex compañero de Javier Pascual en el Kelme, en el esprint más corto de la historia -tuvo unos diez metros-, con un control exhaustivo por parte del vencedor. A Javier Pascual Rodríguez le sorprenden pocas cosas en el mundo del ciclismo. Dedicó el triunfo «a mi novia, y a una persona que me ha ayudado mucho en León cuando he pasado malos momentos, José Enrique Carrera». José Enrique Carrera le permitió a Javier Pascual Rodríguez soportar los dos años del equipo Santa Clara, con el que debutó en profesionales. Corría en el Banesto de aficionados, con Igor González de Galdeano, Rubiera, Santi Blanco, García Acosta, entre otros corredores que tuvieron que buscar acomodo en diferentes equipos. Todos no cabían en la escuadra profesional. El vencedor en Ávila, que después de tres años en el Banesto ha vuelto a Kelme, conoció lo que es quedarse sin maletas en plena carrera cuando le embargaron el camión a su equipo, Santa Clara, o no disponer de material, además de no cobrar, o hacerlo con retraso. En Ávila lograba su victoria más importante como profesional. Balears se movió Ávila, su llegada junto a las murallas, ejercía un atracción especial, lógica, sobre el equipo Illes Balaers-Banesto. No sólo por la presencia de Paco Mancebo, el corredor nacido en Navaluenga, sino por el recuerdo de José María Jiménez, el Chava , fallecido en el pasado mes de diciembre. Serranillos fue un territorio Banesto, con el ataque de Unai Osa, al que le seguiría Paco Mancebo. Liberty, una apisonadora muy segura, cercenó de cuajo todas sus aspiraciones por las montañas de Ávila. Hasta que se llegue a la contrarreloj van a correr a la defensiva. Heras sólo atacará si ve la situación muy clara. Con las diferencias que tiene a su favor, Santi Pérez y Valverde están más obligados a hacerlo. Serranillos, un puerto abonado a la leyenda de la Vuelta a España porque en él se hundió Julián Gorospe en 1983 y Bernard Hinault ganó la carrera, no sirvió para que Balears pudiese lanzar su ofensiva. Manuel Saiz se está encontrando con que la Vuelta la debe de dirigir y administrar él, junto a su equipo, que para eso tiene el líder, mientras un buen número de formaciones navegan confusas en las movedizas aguas de un pelotón que tolera ese dominio porque es la única forma de no tener que dar la cara. Navacerrada y la contrarreloj de Madrid son los únicos lugares en los que Heras, Santi Pérez, Valverde y Mancebo van a poder tensar la situación. El único que puede plantearle problemas al líder es Santi Pérez, aunque no antes de la crono.