Diario de León

El calor condiciona el inicio de la campaña de caza del jabalí

Agricultores y ganaderos ven en estas batidas un freno a la expansión del animal

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Pedro Vizcay - león
León

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El comienzo el pasado domingo, día 26, de la temporada del jabalí ha estado marcado por el fuerte calor que, especialmente en las horas centrales del día, se deja sentir en los montes de la provincia de León. La gran mayoría de acotados que cuentan con esta especie en sus planes cinegéticos habían solicitado ganchos y monterías para esta primera jornada que, aunque no suele ser excesivamente productiva, significa un primer contacto con el monte para los perros y cazadores. Además los cazadores se encuentran presionados por agricultores y ganaderos que ven en estas batidas un freno a la expansión del animal que, como mínimo, se ve obligado a abandonar las zonas próximas a los cultivos. Por estos motivos la presencia de los monteros con sus vehículos y rehalas de perros se dejó sentir en los habituales cazaderos del Bierzo, Maragatería, Cabrera y resto de la montaña leonesa. Como cabía esperar la mañana amaneció fresquita y con mucho rocío, pero a medida que avanzaba la jornada el fuerte calor fue la nota predominante. Si bien en los primeros momentos los canes detectaban con facilidad los rastros, tras las primeras carreras el sofoco hacía mella en los sabuesos y grifones que se tumbaban en los claros del bosque agotados y con la lengua fuera. El calor, unido al largo periodo de inactividad que supone el periodo de veda, hacían especialmente difícil su trabajo, y ello a pesar de la previsión de los monteros que habían llevado garrafas de agua para refresco de los perros. Sin vientos para detectar el rastro y sin ganas de trabajar tan sólo quedaba el recurso de sacar a los jabalíes de sus encames a base de meter ruido por el monte, método que en estas primeras jornadas suele ser bastante efectivo. Los resultados, aunque pobres, resultan esperanzadores ya que en todas las monterías se vieron animales y se abatieron piezas de considerable tamaño. Así la montería de Riomonte en una zona de la comarca astorgana sirvió para avistar una docena de cochinos sobre los que se disparó consiguiendo cobrar tres reses una de las cuales superó los ciento diez kilos de peso. Resultados similares se obtuvieron en otras monterías autorizadas. Para Miguel Fierro, Delegado Provincial de la Federación de caza la preocupación no está en el éxito de las monterías, sino en el problema de los accidentes de tráfico que en estos días se incrementan a causa del movimiento de los jabalíes hacia sus cebaderos de otoño, especialmente las manchas de maíz del Páramo y Esla. Son muchas las ocasiones en las que el seguro de la junta de Castilla y León recurre la indemnización por lo que la denuncia se dirige hacia los titulares de los Cotos. El juicio conlleva nombramiento de abogados y procuradores, con un gasto que los acotados pequeños no pueden soportar. Además los seguros particulares que cubren la franquicia de tres mil euros que no cubre la Junta quedan inhabilitados al fallar la indemnización principal. Una situación que será preciso abordar pues de no solucionarse significará la desaparición de muchos acotados.

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