Freire vuelve a Verona cinco años después de su primer mundial

Óscar Freire vuelve, cinco años después de conseguir su primer título mundial, al lugar de los hechos, Verona, al circuito de la Torricelle, donde dio una de las mayores sorpresas del ciclismo mundial, entonces, de la década. Este domingo serán 265,5 kilómetros de recorrido, dieciocho vueltas a un circuito de 14,750 kilómetros, con cerca de 62 kilómetros de subidas. Freire llega con dos medallas de oro y una de bronce en su palmarés, al frente de una selección que tiene otro campeón del mundo, Igor Astarloa, y un medallista de plata, Alejandro Valverde. No conviene olvidarse del catalán José Antonio Flecha. Freire, a diferencia de 1999, lidera una de las selecciones más fuertes del ciclismo mundial, junto a Italia, a un equipo que ha crecido en unos campeonatos en los que durante muchos años nos teníamos que conformar con medallas de bronce, que eran todo un éxito. En Verona nació buena parte de la leyenda de despistado del corredor cántabro. Se dejó el maillot arco-iris y la medalla de oro en un banco del comedor del hotel en el que se alojaba la selección. Se las recogió Santi Blanco. En la rueda de prensa perdió dos móviles uno de ellos del seleccionador, Paco Antequera. Si lograse su tercer título mundial, Freire igualaría a Alfredo Binda (1927, 1930 y 1932), el belga Rik Vanb Steenbergen (1949, 1956 y 1957) y Eddy Merckx (1967, 1971, 1974), los únicos que han conseguido tres maillots arco-iris. Del podio de entonces sigue en activo el suizo Markus Zberg. El francés Robin dejó la competición. Entre el corredor que logró el oro en Verona y el de ahora hay muchas diferencias, y no sólo la experiencia. Freire es un rival con el que nadie quiere enfrentarse de forma abierta. Igor, a su aire Ha conseguido que su máximo rival, Paolo Bettini, huya de él en cuanto le ve en una escapada. El Mundial de Lisboa, en el que se impuso al italiano, continúa martirizando al líder de Italia, que aparece en todos los pronósticos delante de Óscar Freire. Hablar de Óscar Freire y no hacerlo del actual campeón del mundo, Igor Astarloa, podría resultar extraño para muchos, pero lo cierto es que este mundial gira en torno a dos corredores, Freire y Bettini, por lo que no sería extraño que acabase beneficiándose algún otro, entre ellos el propio Igor. Astarloa se va a encontrar un circuito selectivo, de los que le gustan, está en forma y con lo único que va a tener que contar es con la vigilancia de sus rivales. No le van a dejar moverse con comodidad. Después de Hamilton ya le conocen. Valverde se van a encontrar en la misma situación que Astarloa, la de buscar alternativas a una llegada de un grupo de diez o doce corredores, que es lo que quiere Freire y lo que no le gusta a Bettini.