La muerte de las truchas empañó el concurso infantil de pesca

El Concurso de pesca infantil programado con motivo de la festividad de san Froilán por el Ayuntamiento de León y organizado por la Asociación Leonesa de Pesca con mosca a punto estuvo de ser suspendido por la inexplicable muerte de las truchas arco iris que habían sido soltadas en el estanque situado al final del paseo de Papalaguinda frente a la pasarela del Palacio de los Deportes. Sobre las 8.30 horas de la mañana el camión cisterna de Medio Ambiente depositaba los peces en perfectas condiciones. Media hora más tarde, sin embargo, y antes de comenzar el concurso, las truchas comenzaban a dar muestras de asfixia hasta el punto de que en pocos minutos habían fallecido en su totalidad en medio de la consternación de la organización que se planteó seriamente suspender el acto. La afluencia de niños, unos treinta dispuestos a competir, obligó sin embargo a superar la adversidad de forma que los doce monitores que de forma desinteresada habían acudido decidieron bajar a pescar al río Bernesga acompañados por los niños y darles así una clase práctica. Mientras tanto, y de cara al concurso, se preparaba una pista de casting con cuatro dianas para una competición de lanzado que, a falta de truchas, permitiese conocer la habilidad de los participantes. También, y de forma paralela, se realizaban diversas demostraciones de montaje de moscas para la pesca seguidas con gran interés por los asistentes y curiosos. En la prueba de casting la niña Cecilia Riesco conseguía la mejor puntuación obteniendo así un bonito trofeo que le era entregado por la concejala Natalia Rodríguez. Todos los participantes obtuvieron un diploma y diversos premios. Ante la posibilidad de que el agua hubiese sido envenenada con el fin de impedir el concurso, miembros de la patrulla verde de la policía municipal procedieron a tomar una muestra de l a misma con el fin de analizarla en el laboratorio municipal. Según ha podido conocer este periódico, los análisis han revelado un excesivo nivel de cloro. Habida cuenta de que este compuesto químico se usa en pequeñas dosis para potabilizar el agua y que con el transcurso del tiempo se evapora de forma natural, parece evidente que alguien pudo envenenar el agua durante la noche. Además se da la circunstancia de que el material debía estar depositado en el fondo, pues en un primer momento las truchas no morían y fue a raíz de penetrar en el estanque para limpiar las hojas y broza en suspensión cuando se inició la muerte de los peces.