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León despierta tarde para levantar un partido y sufrir un final agónico (91-86)

El equipo cede de salida quince puntos al CAI, que levanta para llegar a mandar por trece Jareño: «El equipo no se deshizo y exhibió que sí tiene espíritu»

Higgins, que ayer se hizo el dueño de las zonas, pugna con Asier García y Jesús Cilla por un rebote

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Carlos Frá - león
León

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El partido respondió a las expectativas creadas. Se cruzaban dos equipos históricos del baloncesto español y el público tuvo ocasión de vibrar y sufrir como pocas veces. Y es que Baloncesto León «llegó tarde» al Palacio de Deportes, concretamente quince minutos, una cifra que coincide con la renta que alcanzó el CAI (23-38). Pero hubo un vuelco radical y León veinte minutos después estaba trece arriba (83-70). Y el partido no estaba acabado por los maños pelearon sus opciones hasta el final y hasta que no sonó la bocina la grada no respiró tranquila. Anoche hubo dos periodos claramente definidos. El primero duro quince minutos, con un CAI dueño de la pista que robó hasta una docena de balones de forma casi consecutiva para sumar otras tantas bandejas. Las manos mañas aparecían en las líneas de pase de León, que se veía incapaz ya no de sumar algo positivo si no tan sólo de conseguir lanzar. Jareño movió el banquillo y paró el partido para reordenar las ideas para la renta del CAI iba a más sin piedad, porque cuando no corría anotaba de tres con facilidad pasmosa. En la grada surgieron algunos silbidos y el equipo empezó a rehacerse para anotar un parcial de 7-0, gracias a tres tapones consecutivos de Higgins y Barnes, y de un triple de Rivero. A León le había sonado el despertador, pero aún no se había desesperanzado. Podía acabar cinco abajo el cuarto tras perder de diez en muchas ocasiones, pero una estúpida falta de Barnes a falta de una décima otorgó a Lescano dos tiros libres no falló (18-25). La defensa del CAI en el inicio del segundo cuarto siguió siendo la tónica dominante. León se estrellaba una y otra vez para que el CAI le robase el balón y anotase con bandejas. Incluso llegó una renta máxima de 15 puntos (23-38) justo a la mitad del cuarto. Pero las cosas cambiaron radicalmente. El equipo buscó a Panadero, que con dos triples consecutivos rompió la sequía de su equipo. Los silbidos se acallaron definitivamente y la grada empezó a creer en un Baloncesto León que tuvo que hacer un esfuerzo titánico para volver a meterse en el partido. Hacia dentro no se podían enviar balones porque los robaba todos CAI, por lo que León buscó a Panadero y a Dani para abrir a los maños. Un parcial de 15-3 hizo rugir a la grada porque León se había puesto a tres (38-41). La fe había vuelto a la pista y la grada y León empezaba a correr cuando llegó el descanso. Tras el parón, el equipo tuvo que sufrir aún. CAI anotó su primer ataque sobre la bocina y en la respuesta el equipo leonés erró una bandeja. El temor volvió al Palacio, pero se difuminó rápido. Ahora había igualdad y León incluso presionó en todo la pista algún ataque del CAI porque se había puesto a uno (44-45). Sólo algunos fallos en tiros libres impidieron a los de Jareño dar la vuelta en el marcador de momento ante un rival que no terminaba de afinar su defensa como en el arranque. El primer empate (49-49) llegó con un triple de Dani, pero si el viernes a León le temblaron las manos en las remontadas en esta ocasión fue definitiva. Panadero y Jeffers con sendos triples pusieron a León arriba, una situación que ya no cambiaría hasta el final del partido. El CAI estaba roto y los de Jareño estaban ya cómodos y confiados sobre la cancha. Lescano intentó echarse el equipo sobre la espalda, pero un espectacular tapón de Higgins -que ayer acumuló seis- le dejó claro que la pintura de León ya no era un coladero, en la jugada final del tercer cuarto. En el periodo definitivo León fue a más y la renta aumentaba lentamente hasta alcanzar un máximo de trece puntos. (83-70). El equipo jugaba con cabeza, controlando los tiempos, anotando con comodidad y realizando las faltas necesarias para que CAI no pudiese correr. Sobre la pista convivían Pedro Rivero y Larragán, y el CAI tenía que recurrir a Txemin Urtasun para dar descanso a Ciorciari. Jareño también permitió a algunos jugadores que se oxigenaran aprovechando su amplio banquillo y cuando el partido parecía que estaba acabado el CAI reaccionó y empezó a presionar en toda la pista, consiguiendo un gran resultado. Tras la máxima ventaja, León regaló un balón al conjunto maño que lo aprovechó moralmente para apurar sus opciones. Fue un final tremendo, porque Jeffers lanzó fuera un balón en OTRO saque, por lo que la ventaja de León se fue aminorando hasta llegar a los tres puntos. Pero el equipo aragonés hacía faltas a Larragán y ayer cumplió con un 100% (8/8) en tiros libres. Y cuando se la hizo a Rivero tampoco falló. Ahora, el sábado, León tendrá una ocasión para ratificar su esfuerzo de anoche, con la visita al Palacio de un Calpe que aún no ha estrenado el casillero de victorias.