El presupuesto del CSD dota al Cear de León con 2,5 millones
La partida monetaria supone el arranque de un proyecto que ha estado varado durante 14 meses
Jaime Lissavetzky explicó en el Congreso las líneas maestras del presupuesto del CSD para el año 2005, que asciende a 159 millones de euros. Esto supone un incremento del 3,23% con respecto a 2004. «Estas cuentas son positivas y suficientes para el progreso del deporte español como demuestra el hecho de que, aun tratándose del primer año de un nuevo ciclo olímpico, el aumento del presupuesto es superior al incremento que tuvo el deporte en 2004, año olímpico, que alcanzó el 2,77%», señaló. El presidente del CSD reiteró su compromiso en la lucha contra el dopaje, con la creación de un Plan Nacional Antidopaje, y cuatro líneas nuevas de actuación. La primera, la constitución de un Programa Nacional de I+D en el Deporte. «Supondrá un importante salto cuantitativo y cualitativo en el campo de la investigación, desarrollo y conocimiento del sector deportivo», comentó. Gestión, sociología, impacto ambiental, sustancias dopantes o detección de nuevos talentos son algunas de los áreas de este proyecto. Otra línea de trabajo es la mejora y la construcción de nuevos Centros de Alto Rendimiento (CAR) y Tecnificación Deportiva, para lo que se destinarán 4,5 millones. Entre estos centros, destaca en el nuevo CAR de hielo, que se construirá en la localidad oscense de Jaca. Asimismo, se invertirán 4,6 millones en la nueva residencia Joaquín Blume de Madrid y se va a dotar con 2,5 millones el centro de lanzamiento de León, proyecto parado desde hace más de 14 meses. Plan para el dopaje Lissavetzky anunció también un plan para acabar con la falta de transparencia de algunas federaciones en el apartado económico en general y en las subvenciones estatales en particular. Lissavetzky, que presentó ante la Comisión de Educación del Congreso el presupuesto del Consejo Superior de Deportes (CSD) para 2005, consideró necesario un cambio en el método de otorgar el dinero público y basarlo en el cumplimiento de unos objetivos. El presidente del CSD señaló que con unas pautas marcadas se puede acabar «con el amiguismo y la falta de transparencia a la hora de conceder unas obras o reformar unas instalaciones, por ejemplo». Lissavetzky iniciará en breve las conversaciones con los presidentes de las federaciones para determinar las partidas del próximo año, donde va a exigir que se expliquen los objetivos y el destino final del dinero público. «Lo mejor es trabajar con objetivos; y lo peor es con sobresaltos», explicó.