El jefe de la Sección de Pesca reconoce que existe cangrejo señal en la mayoría de los ríos leoneses

La mesa redonda organizada por La Venatoria, en la que intervino el Jefe de la Sección de Pesca de la Junta, Javier Sancho, para tratar sobre el cangrejo señal y el análisis de la temporada de pesca resultó sumamente clarificadora acerca de la problemática que este crustáceo presenta en los ríos leoneses. En una intervención muy documentada Sancho hizo un repaso de la evolución de la afanomicosis o peste del cangrejo. Su irrupción en las aguas leonesas se produjo antes de 1978 y acabó con la gran mayoría de poblaciones de cangrejo autóctono. Con anterioridad ya había aparecido en Burgos y Ciudad Real. La causa inmediata pudo ser la introducción de cangrejo rojo en Badajoz y Sevilla con fines comerciales. En efecto, mientras una hectárea de arroz venía suponiendo en aquellas fechas unas 15.000 pesetas al productor, la misma superficie de laguna podía producir más de 100.000 de las antiguas pesetas, el precio de mercado de unos 800 kilos de cangrejos. Desde 1.975 el antiguo Icona realizó ensayos con el cangrejo señal, resistente a la afanomicosis, para suplir el vacío que el autóctono había generado en su nicho ecológico. Los expertos señalaban que el hongo persistía durante varios años y que, por tanto, era imposible reintroducir el mismo a la vez que la demanda exigía que hubiese cangrejos. En Castilla y León las medidas fueron encaminadas a proteger las escasas poblaciones del autóctono, unas 25 en León, y efectuar repoblaciones del señal en algunos lugares considerados irrecuperables para aquel. Los estudios recientes, sin embargo, indican que las cepas del hongo desaparecen en un mes si no hay portadores, y que por tanto las medidas pudieron no ser acertadas. En la actualidad se está termina ndo un inventario de poblaciones que determinará las medidas a tomar la próxima temporada y la oportunidad de abrir o no la pesca de este crustáceo en algunos tramos. El biólogo Gustavo González afirmó que los cauces donde no existe cangrejo rojo o señal se pueden recuperar, y de hecho ya se está haciendo en Europa, para el autóctono. El cangrejo rojo tiene su límite bien definido, pues no se aclimata por encima de mil metros de altitud. El problema es el señal, que se adapta perfectamente desde el nivel del mar a altitudes muy superiores. El problema aquí son las repoblaciones clandestinas, algunas en puntos tan vulnerables como el embalse de Riaño. Estas dos especies son portadoras y mientras hay hospedador hay hongos. De los seis puntos donde se repobló hace años se ha pasado a una presencia mas o menos numerosa de cangrejo señal en la mayoría de los cauces con aguas calizas. «Sabemos quiénes han repoblado casi con toda seguridad, pero no lo podemos demostrar». Tras las dos intervenciones se suscitó un debate en el que la pregunta clave fue ¿Qué hacemos con los que ya tenemos y que están siendo furtiveados?. Ni los furtivos, ni lo que ocurre en otras provincias debe servir, a juicio del responsable de pesca, de base para marcar la línea de actuación. El único compromiso del Sancho fue el de presentar el inventario una vez realizado en el Consejo de Pesca y que éste órgano haga la propuesta que proceda. El análisis de la temporada truchera, segundo tema propuesto, se trató de forma muy breve por falta de tiempo, si bien fue calificada de aceptabl e por los componentes de la mesa.