Owen y Ronaldo sacan al Madrid de la más absoluta mediocridad
El Getafe mereció un mejor resultado, pero no aprovechó sus ocasiones ante Casillas
Owen y Ronaldo salvaron al Madrid de una derrota ante el recién ascendido Getafe, que fue muy superior al equipo blanco durante gran parte del partido. Los azulones perdonaron a su rival. La falta de puntería de los delanteros y las actuaciones de Casillas impidieron que el Getafe marcara en el Bernabéu. Los aficionados blancos pitaron durante el encuentro a sus futbolistas, que jugaron andando, sin tensión. Madridistas y azulones salieron al campo con los papeles repartidos. Los primeros se quedaron con la pegada y los segundos, el fútbol. El juego blanco empezó y acabó en el gol de Owen, que marcó la única ocasión clara que tuvo en el encuentro. En lo demás, el Madrid estuvo a merced de un gran Getafe. Quique Sánchez Flores planteó el partido sin complejos, con una línea defensiva adelantada y unos jugadores en constante movilidad. Como el zurdo Riki, que entraba por la derecha, o el diestro Vivar Dorado, que lo hacía por la siniestra. Estos cambios y la velocidad volvieron locos a los jugadores blancos, que sólo eran capaces de ver el balón circular de un lado a otro del campo. Los hombres de García Remón estaban empanados, dedicados más a defender que a atacar. Y en un equipo en que la mitad del once inicial no está acostumbrado a hacerlo, es muy difícil. Metidos en su campo Los pseudo extremos, Solari, y Raúl, estaban desaparecidos. El capitán blanco, escorado a la derecha, se perdió constantemente en esa banda, más preocupado de irse al centro que de cubrir la banda. Por ahí, Pernía encontró una autopista. En el otro lado, Cotelo hacia lo propio con el desaparecido argentino. En la medular, ni Guti ni Zidane eran capaces de contener a Gabi y Rivas, que hacían lo que querían cuando querían. Con estos mimbres, el cesto blanco se desquebrajaba, entre los pitos del Bernabéu. El Getafe, al ver las facilidades del rival, se lanzó al ataque, sin vergüenza y sin el tradicional medio escénico que el coliseo blanco provoca en los rivales del Madrid. Pero el buen juego de los getafenses no dio sus frutos. Cotelo, Riki, Nano o Pachón tuvieron claras, evidentes ocasiones de gol que sólo Casillas o la falta de puntería impidieron que fueran gol. El Bernabéu callaba sorprendido, mientras los aficionados del Getafe clamaban al cielo y a la diosa Fortuna cómo era posible que no entrara la pelota en la portería contraria. Su equipo tenía metido al todopoderoso Madrid en su área, lo tenía maniatado. Pero seguía vivo. Cuando el coliseo blanco habló, lo hizo para protestar. Algo que sí logró Ronaldo. El brasileño, en su único disparo a puerta certificó la victoria del Real Madrid.