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Publicado por
ALBERTO DOMÍNGUEZ
León

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EL MÍTICO COMBATE por el reinado de los pesos pesados entre Muhammad Ali y George Foreman, considerado el mejor de la historia del boxeo y celebrado en Kinshasa (Zaire), celebró el sábado, día 30, su trigésimo aniversario y todavía rodeado de su halo histórico. En una calurosa noche, Foreman, que defendía su cinturón, logrado contra todo pronóstico ante Joe Frazier, no pudo con el estilo de Ali. El nuevo campeón, en toda una lección de boxeo, aguantó todos los ataques de su rival y le tumbó en el octavo asalto en una pelea que será recordada por siempre. Llevada a Kinshasa por un «joven» promotor llamado Don King y con la mediación de Mobutu Sese Seko, presidente de Zaire, que pagó cinco millones de dólares a cada púgil por ir a pelear a tan exótico lugar, una masa de 60.000 espectadores no cejó de gritar «Ali bomaye» ('Ali mátale') hasta que Foreman cayó tumbado ante la mirada del ya nuevo campeón y del árbitro Zach Clayton, y ya no pudo levantarse poniendo fin a un récord de 40 victorias y ninguna derrota. El nuevo campeón, elevado a símbolo de la raza negra, se subió a las cuerdas y bajo la lluvia festejó con sus incansables fans la recuperación de un cinturón arrebatado sin haber perdido en un combate, pero sí por negarse a combatir en Vietnam. Ali era nuevamente el más grande de todos los tiempos. Sin embargo, durante muchos momentos, el público temió por una nueva derrota, tras la sufrida ante Frazier en su primer intento por recupera el trono perdido. Ali, que contaba por entonces con 32 años, aguantó el chaparrón de golpes al que le sometió el campeón refugiado en las cuerdas. Ese boxeo ágil, inteligente y de bailarín («Vuela como una mariposa, pica como una abeja») no aparecía por ningún lado. Pero no era así. Ali esperaba su momento. No paraba de hablar y descentrar a su rival, y aguardaba que se le acabase la energía. Y su momento llegó en el octavo asalto. Una combinación con la derecha acabó con el campeón. Aquella mítica pelea cumple ahora 30 años, aunque realmente tuvo que haberse celebrado el 25 de septiembre. Un percance físico de George Foreman, un corte a la altura del ojo derecho en un entrenamiento con su «sparring», obligó a Don King a tratar con los dos púgiles para que no se marchasen y permaneciesen en Zaire. Dos películas recuerdan este histórico combate. «Cuando éramos reyes», de 1996 y dirigida por Leon Gast, se llevó el Oscar al mejor documental de ese año. «Ali», del año 2001 y dirigida por Michael Mann, presentaba a modo biográfico la vida de Cassius Clay desde su pelea del 25 de febrero de 1964 con Sonny Liston y hasta la victoria sobre Foreman. Ahora, Ali cuenta con 62 años y Foreman con 54. El primero, aquejado de la enfermedad de Parkinson, sigue siendo un ídolo allá a donde va y fue el encargado de encender la llama olímpica en Atlanta'96. Su hija Laila es la encargada de aumentar la leyenda de los Ali en el mundo del boxeo. Por su parte, Foreman, imagen de una marca de «grill» (George Foreman Grills) vuelve a retar al tiempo y quiere volver a subirse a un encordado para demostrar que la edad no es lo que importa. |