Ademar convierte en rutina cada una de sus exhibiciones de poder (31-38)

Siguen cotizando muy alto las acciones de Ademar León en este campeonato liguero, después de la concluyente victoria liguera de los de Cadenas en la cancha del Bidasoa, donde hasta ahora nadie había conseguido puntuar. De nuevo fue un encuentro construido a base de cumplir bien en todas las facetas, desde Jorge Martínez en portería, inmenso, hasta los diez tantos de Kjelling o las seis dianas en seis lanzamientos de Petar Metlicic desde la línea de nueve metros. Un compendio completo de balonmano que sólo puede tener una conclusión, que es un convincente triunfo de nuevo rozando la barrera de los cuarenta goles anotados. El Ademar no tuvo problemas para salir airoso de su choque contra el Bidasoa-Irún. Desde los primeros coompases, los leoneses mostraron su disposición a no sufrir más de lo debido en su visita a Irún. Los parciales en los minutos cinco (1-3) y diez (1-5) son prueba evidente de la fuerza con la que los castellanos iniciaron el partido. Resultado que se vio favorecido por la primera de las cinco exclusiones que sufrió el cuadro local en el primer tiempo. Dos más llegarían tras el descanso. Tan sólo esta estadística y la de tiros errados favorecieron al Bidasoa-Irún, porque a hasta los balones que golpearon en la madera fueron más en el caso visitante. Sin reacción Perales con tres goles en cinco minutos impidió la reacción bidasotarra en el ecuador del primer tiempo, momento en el que se fortaleción la conexión serbia Stojanovic-Stankovic y que dio lugar a dos goles para cada uno de ellos. Fueron los balcánicos quienes siguieron tirando del carro amarillo pero su aportación seguía sin ser suficiente para frenar el impulso del Ademar. Cerrando la primera parte con un 0-3 que tuvo Kjelling y a Jorge Martínez de protagonistas, el equipo de Manolo Cadenas pudo marcharse al descanso con siete goles de diferencia (12-19), máxima ventaja que se había registrado en la primera media hora. Uno de los momentos decisivos fue la escapada en el luminoso de los leoneses del 7-8 al 7-12, en los mejores minutos de Jorge Martínez bajo los palos y con Kjelling como factor estelar en ataque. Con mucha más presencia defensiva, el Bidasoa optó por tirar de la casta para intentar entrar de nuevo en encuentro, pero enfrente se encontró un Ademar que también supo jugar ese juego. Además la defensa visitante contó con cierta holgura arbitral. En la otra zona, la inoperancia de los porteros, puntuales errores en las ayudas y el acierto de los exteriores leoneses hacían vanas las intensas defensas con las que el Bidasoa obsequió al público. Hubo carrusel de goles, liderado por Stojanovic en un lado y por Kjelling en el otro, aunque la multiplicidad de recursos en la primera línea siguió siendo fundamental para el Ademar. Pese a todo, la diferencia no bajó nunca de los cino goles ni subió de los seis, o al menos no hasta el minuto catorce cuando el agotamiento provocó que los engranajes bidasotarras chirriaran mientras Manolo Cadenas disfrutaba de la seguridad de su completa maquinaria. Un golpe en la cara, saldado sin exclusión alguna, provocó una hemorragia en la nariz del central Stojanovic cuyo afán no disminuyó por esta circunstancia, aunque sí su brillantez. Los minutos que tuvo que pasar más tarde en el hasta dejar de sangrar por segunda vez, fueron suficiente para que con una defensa personal sobre el otro serbio, el lateral derecho Ivan Stankovic, el Ademar terminara de ahogar las opciones ofensivas de Bidasoa.