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Publicado por
MARIO PESQUERA (*)
León

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HACE BASTANTES años, aproximadamente 13, realicé un viaje por USA con el fin primordial de ampliar conocimientos, visitar las mejores universidades y aprender de los que a mi juicio eran los entrenadores que me podían aportar algo nuevo o diferenciador. En una de esas Universidades -la de Temple-, quería conocer de cerca al coach John Chaney, como diría mi gran amigo Moncho Monsalve. O sea, al entrenador jefe Chaney, para el resto de los mortales. Sin duda, era uno de los más sabios de todo el baloncesto universitario, con un récord de victorias muy importante, y con una filosofía defensiva algo diferente. Su baloncesto defensivo estaba basado en la defensa de zona de ajustes. Algo que ahora conocen muchos entrenadores, pero que no dominan tantos ¡y no digamos hace quince o más años! Tuve la suerte de que me introdujera el asistente de Chaney, el hoy desaparecido Jimmy Maloney, padre del conocido base Maloney. Los entrenamientos eran a una hora que causaría expectación en España. Increíble cuando tuve que asumirlo. Empezaban a las 5:30 de la mañana, y prescindo de explicaros la hora a la que había que levantarse para estar dispuesto y preparado. Con expectación viví sus prácticas durante varios días, las explicaciones de Chaney y también las de mi amigo Maloney, que me las depuraba y trasladaba a montones de esquemas con los que jugábamos y nos divertíamos. Inolvidable. Pero ahora llega lo que me gustaría transmitir. No es la defensa de zonas match-up, ni la defensa de hombre. Hoy día creo que hay demasiado debate y como somos un poco de seguir «modas», estamos en mi opinión en la época de las zonas. Pienso, sin embargo, que a este respecto lo importante es la defensa de equipo. Que lo importante es conocer lo más completamente posible todas las opciones que nuestro juego nos da para desarrollar, en función de nuestros jugadores y de los del rival, diversas soluciones o planteamientos. No es verdad absoluta, ni parcial, en mi modesta opinión que la zona sea la panacea, ni mejor ni peor que la individual o la mixta. Lo que sí creo que es lo ideal, es conocer con qué movimientos tácticos desde la defensa podemos ayudar a nuestro equipo a ser mejor. O al menos a obligar al contrario a tomar decisiones que quizás no sean las que más le interesen, e incluso que no las tenga entrenadas ni previstas. Sobre todo, después de muchos años de entrenar y de pensar en basket, mi filosofía es que lo mejor es hacer algo bien hecho. Siempre digo que hay miles de equipos en el mundo que hacen defensa de hombre o de zonas, o el archifamoso corte de UCLA, la diferencia en ese aspecto, la marcan los que las ejecutan bien. La ejecución de los movimientos, y la lectura o el reconocimiento de las situaciones que se van produciendo, repito, marcan realmente las diferencias. Por tanto, la defensa no necesita tanto apellido al final (hombre, zona, ajustes, mixta etc...), pero sí el concepto universal hoy en día de defensa de equipo. Ese concepto las engloba e incluso las hace confundir cada vez más. El título de esta colaboración, no sólo es un pequeño homenaje a John Chaney por sus enseñanzas técnicas. Es el resumen que yo no olvidé, ni olvidaré nunca. Era su lema, era el título de su gran libro «Winning is an attitude», porque esa es en mi opinión la mayor verdad de este juego «Ganar es una actitud». Todos los recursos tácticos y técnicos ayudan, pero no os quepa la menor duda, si el objetivo es ganar ganar es una actitud. ¿Cómo entrenar la actitud? Creo que es mejorable pero será motivo de otro artículo. (*) Artículo publicado en la página web de la Federación Española de Baloncesto

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