Un equipo juvenil de Ponferrada recoge firmas para buscar campo

Ponferrada no es una ciudad que se distinga por contar con una gran variedad deportiva en el espectro de la competición. Otra cosa son la multitud de Escuelas municipales que no tienen continuidad después a la hora de competir. El caso que protagonizan un grupo de jóvenes de la ciudad es justamente a la inversa. Sin existir una Escuela Municipal de Rugby, ellos sí que están interesados en formar un equipo. De hecho ya han estado actuando durante la pasada temporada en la categoría cadete, bajo la denominación del ULE Bierzo Rugby Club, una escuadra que militó en el campeonato interautonómico, con el patrocinio de la Universidad de León. El caso es que este año han visto como la Universidad ha decidido prescindir de su escuadra y ellos se están empeñando en seguir adelante con lo que iniciaron la pasada campaña. Pero tienen un «pequeño» problema: no cuentan con ninguna instalación en el municipio para poder jugar. La temporada anterior jugaban como locales en el campo de la Universidad de León, en el campus de Vegazana, es decir, en la capital de la provincia. La Universidad les ponía un autocar para poder desplazarse, dado que todos ellos son, obviamente, menores de edad y no pueden conducir. Ahora eso se acabó y necesitan un campo en su ciudad o bien en las proximidades, siempre y cuando puedan desplazarse en transporte público. Lo lógico era jugar en Ponferrada. Por eso se dirigieron al concejal de Deportes, Emilio Villanueva, para solicitarle un terreno de juego. La respuesta del concejal es que no tiene una instalación para que puedan jugar. Ante esa negativa, han decidido pasar a la acción para lograr su propósito y han recogido 800 firmas con el fin de hacerse escuchar. No hay respuesta. El equipo está preparado para afrontar la temporada que se inicia justo dentro de diez días, el sábado 20 de noviembre. Tienen equipación, suficientes jugadores y la moral a prueba de bombas, pero no tienen campo. Será difícil que en diez días puedan inscribirse en la Liga, así que lo más probable es que se queden sin jugar. Curiosamente, el concejal les dijo tiempo atrás que pensaba poner en marcha una Escuela Municipal de Rugby, por lo que ellos le presentaron el correspondiente proyecto para hacerse cargo de la misma. Pero después de los trámites pertinentes el concejal les ha dicho que no hay campo, ni para la Escuela ni, mucho menos, para competir. Así que ahora mismo existe un grupo de jóvenes en la ciudad con afición suficiente para emprender una aventura en este duro deporte que no podrán ver hecho realidad su sueño, consistente sencillamente en poder participar en una competición oficial. Guillermo Gorostiza es el representante de este colectivo y había que preguntarle cómo es posible que, sin existir en la ciudad precedente alguno sobre la práctica de este deporte, un grupo de jóvenes que ahora están en edad juvenil, se inclinen por el rugby «la afición me viene de mi padre que jugaba en Valladolid, resulta que un día vi un anuncio en el Instituto en el que buscaban jugadores para crear un equipo en Cacabelos y me apunté junto a un grupo de amigos y así empezó la aventura, pero creo que está a punto de terminar».